domingo, 7 de marzo de 2010
Terraza del café de la plaza del Forum en Arles de noche. 1888. Van Gogh.
Pasado 1880, algunos artistas formados en el Impresionismo van a considerar éste como superado y buscarán nuevas vías más personales en esa reflexión ya nunca cerrada de lo que debe ser la imagen artística. Entre estos artistas se encontrarán algunos como Cézanne de la misma generación que Monet y otros más jóvenes como Gauguin, Van Gogh y Toulouse- Lautrec.
En el artista holandés Vincent Van Gogh se ha dado uno de los casos en los que la leyenda sobre su vida es prácticamente indesligable de su obra. Desde sus inicios como pintor en Holanda, hasta su suicidio en Auvers pasan 10 años escasos y el estilo por el que será admirado se constituirá en los tres años finales de su vida. En esos 10 años, pasará por crisis de fe, relaciones tempestuosas con familiares y colegas, estancias parisienses (dónde conocerá el impresionismo y su paleta de colores se avivará) y la decisiva estancia en la ciudad meridional de Arles dónde adquirirá la madurez estilística.
En la pintura de Van Gogh el color, sus contrastes y armonías y la pincelada gestual, arremolinada y empastada (Van Gogh llegaba a aplicar directamente la pintura con el tubo) buscan transmitir el cúmulo de sensaciones que la contemplación del motivo provoca en el pintor, así como el estado de ánimo de éste. Es, por tanto, una pintura de sensaciones que requiere una inmediatez de ejecución a la que Van Gogh se dedicará febrilmente en un ímpetu creador que le llevaba a pintar hasta dos cuadros al día.
A pesar de la incomprensión que en vida provocó su obra, su influencia fue decisiva en el desarrollo de las tendencias subjetivistas y expresionistas posteriores.
Entre sus obras más conocidas podemos destacar sus numerosos autorretratos, “Los Girasoles”, “La noche estrellada”, 2 La Habitación de Vincent en Arles” o “ La iglesia de Auvers.”
Terraza del café de la plaza del Forum en Arles de noche es un óleo sobre lienzo de tamaño mediano pintado por Van Gogh en 1888.
El óleo, como ya habían hecho los impresionistas, está pintado en fresco sobre fresco,
es decir, las pinceladas de óleo se aplican unas sobre otras sin esperar que ls capa inferiores estuvieran secas. Van Gogh aplica pinceladas muy cargadas que crean una densísima e irregular superficie pictórica. La gama de colores es muy amplia y en ella destaca el violento contraste de complementarios entre los intensos amarillos y naranjas de la terraza del café y los azules de las arquitecturas y el cielo. Van Gogh, como habían hecho los impresionistas y harán los postimpresionistas, renuncia al claroscuro tradicional.
Aunque el dibujo es prácticamente inexistente, Van Gogh representa el espacio por medio de una perspectiva aunque altera voluntariamente algunas líneas de fuga.y no utiliza otros recursos como la perspectiva aérea que contribuyan a acrecentar la sensación de profundidad. Sin embargo, vemos como emplea el contorno de negro o de otros colores en algunos elementos representados como el portal del primer plano o el pavés del suelo.
Van Gogh transmite magistralmente la calidez inspiradora y excitante del ambiente mediterráneo de Arles que fue definitiva en el desarrollo de su lenguaje pictórico. Las irreales estrellas parecen expandirse con su luz en el cielo nocturno como flores que se abren en él. Los ya mencionados tonos azules del cielo y las viviendas contrastan con el intenso amarillo de la luz de la terraza del café, el de la tienda y el de las estrellas en una interpretación del motivo en el que el verismo lumínico se sacrifica en favor de una pintura de transmisión de sensaciones.. Así la técnica ágil de pintar sobre fresco que hemos mencionado no es utilizada como los impresionistas para intentar captar la fugacidad de unos determinados efectos atmosféricos. Tanto esto como, las pinceladas densas con sus ritmos, curvas y arabescos, los violentos contrastes de color o las deformaciones de líneas y contornos combándose y todos los recursos empleados por Van Gogh, se apartan de la apariencia “ real” de las cosas para transmitir las sensaciones que la contemplación del motivo provoca en el pintor o su estado de ánimo.
Cuando llegó a Arles, Van Gogh, embriagado por las sensaciones y el calor que le ofrecía el paisaje y la luz meridionales, pintó de modo compulsivo. Se trataba de canalizar a través de la pintura lo que sentía o vivía y llegó a idear un extravagante sistema para poder pintar incluso de noche. Así, solía colocar una serie de velas sobre el borde superior del lienzo y otra sobre el ala de su sombrero que le permitieran ver mejor lo que estaba pintando. De hecho, este fue el modo en que pintó este cuadro,
Van Gogh decía: “No quiero reproducir exactamente lo que tengo delante de los ojos, sino que me sirvo arbitrariamente del color para expresarme con más fuerza”.y en esta declaración de intenciones y en su pintura vemos el fundamento de las corrientes expresionistas que se han desarrollado a los largo del siglo XX.
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