lunes, 6 de junio de 2011

Pájaro en el espacio. Brancusi. 1940.


Pájaro en el espacio. Brancusi. 1940.
La escultura del siglo XX se va a caracterizar por buscar establecer nuevas relaciones entre la forma escultórica y el espacio en el que ésta se sitúa.
Uno de los puntos de partida de este interés se encuentra en la obra fundamental de un artista difícilmente adscribidle a ningún movimiento artístico contemporáneo como es el rumano Constantin Brancusi.
El escultor Constantin Brancusi nació en 1876 en una aldea rumana y en su infancia trabajó como pastor y tuvo una formación autodidacta. Más tarde se empleó en una tienda en la que aprendió a tallar siguiendo las costumbres, los procedimientos y los temas populares de los campesinos rumanos. Alguna de sus tallas despertó el interés de un filántropo que le subvencionó los estudios en una escuela de artes y oficios local y luego en la de Bucarest.
Sus primeros encargos serán retratos de busto de carácter bastante conservador y convencional. Posteriormente, ya a comienzos del siglo XX, viajará a París dónde se establecerá y dónde llegará a trabajar en el estudio de Rodin. Sin embargo, Brancusi lo abandonará sólo dos meses después , diciendo: “ Nada puede crecer entre grandes árboles”, lo que manifiesta su deseo de sobresalir por si mismo.
También en París, en torno a 1910, tomará contacto además con diferentes artistas de la vanguardia como Modigliani, Picasso, el aduanero Rousseau, Duchamp o el músico Erik Satie. En este momento, interiorizando , entre otras cosas, la influencia del arte popular rumano, o la de la escultura primitiva , Brancusi empezará a un estilo propio y reconocible. Aunque quizás deberíamos decir “sus estilos” ya que paralelamente en el tiempo, Brancusi realizará figuras humanas talladas en piedra en un estilo primitivista con una marcada estereotipación del tratamiento de la anatomía de las figuras y en las que se subraya precisamente la forma prismática del bloque en el que han sido talladas, logrando la síntesis entre los cuerpos y el bloque en el que están tallados. En este grupo de obras podemos señalar las diferentes versiones de “El Beso”.
De otro lado realizará refinadísimas formas, realizadas en piedra o en metal cromado, perfectamente pulidas en las que tenderá a la simplificación y la estilización formales, eliminando todo lo que cree apariencia superficial de las cosas y buscando captar la esencia de la figura representada.
Así, en sus estilizadísimas esculturas de pulidas superficies, como en sus conocidos “pájaros” veremos formas que parecen disolverse en el espacio ascendiendo fluida y aerodinámicamente por él. Y en su querencia por las formas ovaladas y pulidas como de sus cabezas recostadas, la forma simbólica primigenia del huevo parecerá ser delicadamente acariciada por el espacio que le rodea.
Entre las obras más destacables de las que responden a esta segunda categoría podemos señalar los diversos “pájaros”, la “ Maiastra”, “el pez”, “ la Foca” o “la musa dormida”
Otra obra merecedora de ser recordada es la “Columna sin fin”, de Targu-Jiu ( Rumanía) de casi 30 m. de altura y que erigió a la memoria de los soldados rumanos caídos en la 1ª Guerra Mundial.
Pájaro en el espacio es una figura de tamaño medio realizada en bronce patinado de dorado, apoyada en una peana en la que se combina un pequeño cilindro de piedra calcárea y un prisma de planta cuadrada de madera. El acabado de la forma ahusada y apuntada , incluso podríamos decir “ aerodinámica”, en este caso es absolutamente minucioso, pulido y brillante, y es una constante en los demás trabajos de Brancusi. De este modo, Brancusi consigue remarcar esa fluidez con la que la forma parece ascender por el espacio. El tratamiento uniforme pero algo más rugoso de la superficie del cilindro de piedra en la que apoya contribuye también a subrayar dicha fluidez .
Aquí, como en otras obras semejantes, Brancusi reduce la forma del animal y de su movimiento en el espacio, eliminando lo superfluo (renunciando a representar rasgos anatómicos como pico, cabeza , patas o incluso las alas del pájaro), estilizándolos al máximo hasta convertir la esbelta forma escultórica en concreción esencial del dinamismo del movimiento ascendente del vuelo del pájaro y de su cuerpo en el espacio.
La forma, establece una nueva relación con el espacio que le rodea por el que parece adentrarse dinámicamente. pero además, en su superficie pulida como un espejo también se refleja el espacio circundante en una imagen que cambia según lo hace la mirada del observador.
Brancusi solía decir: “Hay imbéciles que califican mi obra de abstracta, sin embargo, aquello que definen como abstracto es lo que hay de más realista; lo que es real no es la apariencia sino la idea, la esencia de las cosas”.
Es evidente que en la pureza de líneas, la fluidez de superficies y la elegancia formal de las obras de Brancusi podemos observar un refinado decorativismo que podemos relacionar con la estética del “Art Decó” que surgirá en los años 20 del siglo XX y que a través de ésta podríamos observar ecos de las formas de Brancusi incluso en los diseños aerodinámicos de algunos aviones de los años 30 y siguientes.
,Brancusi se convertirá en uno de los escultores más determinantes en le devenir del arte del siglo XX y su influencia puede intuirse en movimientos aparentemente tan lejanos de su obra como el Surrealismo de los años 20 y 30 o el Minimalismo de los años 60.

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