domingo, 20 de diciembre de 2009
David de Donnatello. Florencia.1440-443.
David de Donatello. Florencia.1440-443.
El Renacimiento surge en la extraordinaria ciudad de Florencia a comienzos del Quattrocento. En
dicha ciudad una serie de importantes familias burguesas van a capitanear un enorme desarrollo económico gracias a las actividades bancarias y al comercio. Dichas familias se constituirán en protectoras e impulsoras del conocimiento y de las artes, manteniendo a los sabios humanistas y encargando a arquitectos nuevos modelos de palacios dónde habitar y de iglesias o capillas dónde mostrarse como personas generosas y piadosas y a los pintores y escultores obras de arte para embellecer estos mencionados palacios e iglesias.
Los criterios racionales aplicados a la obtención de beneficios por medio de las actividades bancarias van a provocar que éstos sean valorados y tenidos en cuenta en otras esferas y el arte, evidentemente, no será una excepción. Así, la razón será uno de los fundamentos y herramientas para obtener una imagen cuya belleza estará vinculada a criterios de armonía, equilibrio, unidad y coherencia. La formación intelectual del artista le servirá para reivindicar un nuevo status frente a su valoración medieval como artesano. Progresivamente se reconocerá el origen intelectual de la creación artística y la equivalencia de las artes y los artistas plásticos a la de las artes liberales.
Además, el Quattrocento va a romper con la estética gótica buscando su fuente de inspiración en la tradición clásica, pero el artistarenacentista no se limitará a copiar los antiguos modelos romanos sino que más bien, inspirándose en sus formas elaborará uno nuevo lenguaje plástico igualmente clásico. Decimos que este lenguaje es clásico por que se fundamenta en la voluntad de obtener una imagen armónica, ordenada, rítmica, proporcionada y equilibrada en la que cada elemento tenga una presencia pero que ésta no sea preponderante sobre la de los demás elementos, de modo que todos ellos se articulen para conformar, como hemos dicho, un todo unitario.
En escultura, el establecimiento de los nuevos modelos y formas renacentistas es debido a la actividad de Ghiberti y, sobre todo, Donatello.
Donatello nació en Florencia en 1386 y falleció en su ciudad natal en 1466.Tras una estancia juvenil en Roma sque resultó decisiva por que le permitió conocer de primera mano los modelos de la tradición clásica, se formó en el taller de Ghiberti, colaborando en la realización de las primeras puertas que éste realizó para el Baptisterio de Florencia. Tras establecerse por su cuenta, destacó en la creación del nuevo lenguaje plástico renacentista, inspirándose en las obras de la tradición clásica griega que había conocido en su estancia romana y aportó una nueva técnica en el tratamiento de los relieves, donde logró representar una gran profundidad dentro de un mínimo plano, denominándose con el nombre de stiacciato, es decir «relieve plano o aplastado». Fue un escultor muy prolífico que realizó entre otras obras el San Jorge, el David en bronce del museo Bargello que vamos a comentar, una cantoría para la catedral de Florencia o los púlpitos de la iglesia de san Lorenzo también en Florencia o la Magdalena penitente.
Como hemos dicho, una de las esculturas más representativas del trabajo de Donatello es este David realizado en fundición de bronce y de 1,58 m. de altura. Una de las primeras esculturas conocidas de Donnatello fue precisamente otro David en mármol para el Duomo de Florencia hacia 1408. El David de bronce fue realizado entre 1440 y 1443. Se trata de una figura de bulto redondo en la que, aunque prima un punto de vista - el frontal-, se introduce una novedad respecto a la escultura anterior y es que esta figura no estaba vinculada a ningún elemento arquitectónico como hornacinas o jambas sino que estaba pensada para ser situada sobre una peana y poder ser observada desde cualquier punto de vista.
El tratamiento de las superficies es extremadamente minucioso y delicado con formas absolutamente lisas y pulidas que contribuyen a subrayar la sensación de fluidez de las líneas.
En cuanto a la composición, absolutamente estable y equilibrada, la figura se puede inscribir en una elipse cuyo eje mayor coincidiría con el eje vertical de la figura.
Además, Donatello aplica el contraposto clásico. De este modo, la figura se apoya sobre la pierna derecha que se inclina hacia la base del centro de gravedad, mientras que la pierna izquierda se flexiona ligeramente, liberada del peso y apoyando el pie sobre la cabeza de Goliat. Además el juego de las fluidas curvaturas del cuerpo nos evoca la llamada curva praxiteliana. El brazo izquierdo se apoya de modo grácil en el costado mientras su mano sostiene la piedra que ha lanzado con su honda y con la que ha derribado al gigante. La mano derecha de David sostiene la espada de Goliat con la que lo ha decapitado posteriormente.
Tras la Edad Media, en la que no se había practicado, Donatello reintroduce el tema del desnudo integral masculino con esta escultura que se inspira en los modelos clásicos pero no los imita, creando un nuevo ideal de belleza, plenamente renacentista que simboliza el acento puesto en el Hombre de la cultura humanista contemporánea pero que también es “el canon del hombre perfecto” de la época, como algún estudioso de la obra dijo. El cuerpo efébico del David con su anatomía grácil, de formas y músculos suaves y delicadamente modelados que se suceden en líneas fluidas y su rostro de belleza algo ambigua transmite a la vez gracia y fuerza. Ese rostro, además, algo ensimismado y con una sutil sonrisa parece sugerir el estado de relajación posterior al tenso enfrentamiento con Goliat y la íntima satisfacción por la victoria conseguida.
David aparece tocado de un sombrero de paja, típico de los campesinos toscanos, rodeado de una corona de amaranto o laurel, símbolo clásico del triunfo. Al parecer, la figura del David pretende simbolizar el triunfo militar de la ciudad de Florencia sobre la de Milán, cuya derrota simboliza la cabeza de Goliat.
Este modelo del David hará fortuna como símbolo del nuevo hombre florentino del Renacimiento y de su ciudad y su tipología será repetida por Verrochio hacia 1476 o en el siglo XVI con el colosal David de Miguel Ángel (1501-1504), que entre otros cambios representará a un David tenso y concentrado en el momento previo al enfrentamiento con el gigante. El bronce manierista del Perseo con la cabeza de la Medusa de Cellini, situado en la logia de la plaza de la Signoria de Florencia parece también estar relacionado con esta tipología. Ya en el barroco, Bernini retomará el tema del David , alejándose de la simbología de los esculturas anteriores y mostrándonos un David con el cuerpo en extraordinaria tensión en el preciso momento en que se apresta a disparar su honda.
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