domingo, 20 de octubre de 2013


La Olympia de Édouard Manet. 1863.
 El impresionismo que surgirá en Francia en torno a 1870, fue uno de los movimientos más determinantes en la evolución de la historia del Arte ya que, gracias a él, se van a dar unos pasos decisivos hacia una definitiva “autonomía del Arte” y por la reflexión que, sobre la constitución de la imagen pictórica, va a iniciar. En este caso, los artistas impresionistas concluirán que lo constitutivo de una imagen visual es la luz y la incidencia de ésta sobre los objetos, es decir el color, y que, por tanto, será el color el que deberá constituir la imagen pictórica. Los impresionistas buscarán captar la fugacidad de los efectos lumínicos de momentos del día y tiempos atmosféricos distintos sobre figuras, edificios y paisajes. Como los realistas, rechazarán todo sentimentalismo romántico, para analizar el motivo bajo criterios exclusivamente cromáticos . Para ello se generalizará la pintura del natural  ( aunque se seguirá retocando el cuadro en el estudio) y la técnica pictórica cambiará completamente: el color se aplicará, por lo general en pinceladas cortas, empastadas que renunciarán a la representación de las calidades concretas de un objeto y atenderán solamente al color en si del objeto, considerando los colores como fenómenos cromáticos abstractos e inmateriales. 

Édouard Manet fue uno de los iniciadores del Impresionismo. En su formación tuvo mucha importancia la copia de los cuadros de los grandes maestros del Louvre, combinada con la admiración que profesaba por Goya o los pintores realistas Daumier y Courbet y por los grabados japoneses que en esta época empezaron a llegar a Europa. Sería determinante en su trabajo también la admiración por la pintura barroca española en general y por la de Velázquez en particular, admiración que se acrecentaría tras un viaje que realiza a Madrid en 1865, y dónde descubre las obras del maestro sevillano en el Prado. Fue tras la guerra franco -prusiana de 1870-1871, cuando su contacto con otros impresionistas como Monet se estrechará y cuando su pintura  adquirirá las características de este estilo.  
 Manet siempre buscó el reconocimiento del público y, sin embargo provocó enormes polémicas con algunos de sus cuadros y sólo obtuvo el reconocimiento bastante tardíamente,  poco tiempo antes de su muerte acaecida cuando tenía sólo 51 años de edad.
Precisamente unos de los cuadros de Manet que más polémica provocó fue esta Olympia que vamos a comentar y que fue pintada en 1863, el mismo año que otras de sus obras más conocidas y también polémicas:  “El almuerzo campestre”. 
Esta "Olympia" es un óleo sobre lienzo de gran tamaño ya que mide 130,5 x 190 cm.
 Manet emplea una técnica que no es  todavía  impresionista( Pasarán unos años hasta que adopte el modo de pintar de los impresionistas, influenciado, sin duda por Monet) . Aquí, las pinceladas son sueltas y largas, la mayoría de ellas empastadas y crean amplias masas de color. 
La figura femenina parece iluminada frontalmente de manera que el claroscuro es muy tenue y se produce un enorme contraste entre la claridad de los tonos de la figura  y las sábanas de la cama y la oscuridad de un  fondo en él que el color negro es empleado con profusión, a diferencia de lo que harán posteriormente los impresionistas que prácticamente renunciarán a su uso.  
La composición es estable y destaca  la banda horizontal de tonos blanquecinos en la que se inscribe la cama y las piernas de Olympia y los dos vértices claros que sobresalen de ésta: Uno a la izquierda con las almohadas y el tronco y la cabeza de la joven y otro más a la derecha con el vestido claro de la criada negra que porta el ramo de flores. Precisamente los otros tonos de color mas variados que rompen con el contraste casi bicromático de la imagen son las flores del ramo,las bordadas sobre le mantón que vemos tendido en la cama a los pies de la mujer y la orquídea rojiza que adorna su cabello.

 En este cuadro también la referencia  a la tradición  es evidente- Podemos recordar la maja desnuda de Goya y aún más evidentemente la Venus de Urbino de Tiziano- pero al igual que cuando con “el almuerzo campestre” Manet tomaba como referencia el “Concierto Campestre” de Tiziano, aquí, , otra vez, elimina toda “excusa” mitológica del tema y represente a una prostituta, que mira sin ningún gesto de pudor, desinhibida y desafiante hacia el espectador, mientras una sirvienta le entrega el ramo de flores de un admirador. Así el tema es tratado sin ninguna voluntad moralizante ni ejemplarizante. Manet no busca condenar a la joven ni la profesión que ejerce sino que nos muestra un personaje habitual en la vida social de las clases altas francesas: la cortesana que cede sus favores sexuales a los miembros masculinos de dichas clases sociales. De este modo , la mirada de Manet se acerca a la del naturalismo literario contemporáneo. De hecho su amigo el escritor Émile Zola a quien retratará en 1868y en cuyo retrato aparece  una reproducción de la Olympia, escribió unos años más tarde, en 1880, una novela, “ Nana”, sobre un personaje semejante.
 El aspecto provocador y naturalista es subrayado por Manet al hacer  calzar   a Olympia unos zapatos de tacón, como símbolo de la inocencia perdida y  que tienen una evidente connotación sexual y fetichista y al poner sobre su cabello una orquídea, que en esa época era considerada una flor con poderes afrodisiacos.
Cuando en 1865 el cuadro es expuesto en público se consideró una profanación del tema del desnudo mitológico  que le valió a Manet el rechazo absoluto de la conservadora sociedad francesa del II imperio, que  se sentía absolutamente escandalizada ante una imagen que, según ella, despreciaba todo decoro (a pesar de que, a la vez, admirasen desnudos más “lúbricos”, de temática pseudo-mitológica o pseudo-histórica realizados por pintores académicos como Gêrome que obtuvieron un enorme éxito).  
Tengamos en cuenta que la lo largo de los siglos anteriores, los desnudos eran aceptados si ilustraban algún tipo de temática mitológica (Las Venus, las Tres Gracias,..),religiosa ( Susana y los Viejos,...) o históricos ( Los ya mencionados de Gêrome, por ejemplo...) Sin embargo,  ya en el Rococó se generalizaron otros desnudos de temática profana  que eran pintados para ser disfrutados en privado por su propietarios en habitaciones de acceso restringido, como una variante de la pintura de “Cabinet” y nunca eran mostrados en público para evitar lo que hubiera sido un escándalo mayúsculo.
El cuadro de Olympia es por tanto un cuadro que marcará un hito en el devenir de la pintura  y que merece ser recordado con otras obras  de Manet como , “ el almuerzo campestre”, “El balcón”, “ el tren” o “ El bar del Folies Bergère “

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