viernes, 20 de noviembre de 2009

Catedral de Chartres. Francia.1180-1250.




La catedral de Chartres se construyó básicamente entre 1180 y 1250 es decir, en un periodo de la Edad Media que coincide con el resurgimiento de la vida ciudadana debido al enorme desarrollo que van a tener las actividades artesanales y comerciales. Muchos siervos abandonarán los campos y se establecerán en las ciudades, huyendo de las arbitrariedades de los señores feudales y buscando un futuro más prometedor. El crecimiento de estas ciudades propiciará que los obispos de éstas impulsen la construcción de nuevas catedrales en las que se implicarán todos los habitantes: Artesanos y gremios, comerciantes burgueses , nobles,….
La Catedral gótica de Chartres se levantó sobre los cimientos de la anterior románica que había sido pasto de las llamas al poco tiempo de finalizarse su construcción. En 1180, justo después de suceder el incendio, el obispo de Chartres promoverá la construcción de esta nueva catedral, más grande que la anterior y ya en el nuevo estilo gótico que había empezado a desarrollarse poco antes en otras ciudades del Centro-Norte de Francia. En ella se activaron todos los recursos propios de las catedrales: donaciones de clérigos, artesanos, aristócratas, reyes y la explotación de las reliquias de los santos para obtener los enormes fondos económicos necesarios para afrontar tal proyecto. El resultado es una de las más grandiosas catedrales, con unos magníficos conjuntos de vidrieras y de esculturas entre las que sobresalen las de los dos pórticos del transepto.
La planta, como es habitual, es de cruz latina con tres naves en el cuerpo . El transepto, en este caso, está formado también por tres naves. También es frecuente en el gótico que la cabecera se alargue y ensanche, presentando 5 naves que se curvan en torno al ábside creando una doble girola que permite el acceso a 5 capillas absidiales . En este caso el triforio, que ha reducido su anchura respecto a los triforios románicos o del gótico inicial, recorre prácticamente todo el perímetro de l templo.
La iglesia está construida en piedra y sus muros aparecen horadados por numerosos y grandes vanos decorados con vidrieras. Las vidrieras de Chartres son un magnífico ejemplo por su calidad , minuciosidad, riqueza de colorido y tamaño de la maestría técnica adquirida por los maestros que las realizaron. Se conservan muchas de las originales, y en ellas vemos ilustrados, entre otros, temas de los Evangelios que responden a un programa iconográfico muy preciso y que se repiten en otros templos.
Las vidrieras de las catedrales góticas tienen una importancia fundamental en su desarrollo constructivo. El templo, imagen de la Jerusalén celestial se baña de la luz filtrada por ellas, convirtiéndose en una especie de joyero al que llegan todos los matices de la luz divina. Esta luz es asimilada al espíritu puesto que es esencialmente divina y expresa el poder de Dios. Es una sustancia que se distingue de las demás porque puede atravesar los cristales y las piedras preciosas sin romperlos. La luz que atraviesa los cristales simboliza también la Inmaculada Concepción. El efecto creado por las luces de distintos colores filtrándose en el interior e incidiendo en sus superficies creaba en el ánimo del fiel la sensación de estar en un espacio que se diferenciaba del terrenal y lo acercaba al celestial.
Pero, por supuesto, para poder colocar vidrieras y que tuvieran un tamaño que produjera el efecto buscado, los métodos constructivos románicos, con sus pesadas bóvedas de cañón o arista y sus gruesos muros eran absolutamente inadecuados. Había que buscar un sistema constructivo que liberara a los muros de las presiones de las bóvedas para lo que habría que concentrar las mismas en una serie de puntos y no a lo largo de todo el muro. Como podemos apreciar en Chartres, esto se consiguió con el empleo del arco ojival o apuntado y de las bóvedas de crucería. El arco apuntado , como los que vemos en los vanos y portadas, en los arcos formeros situados entre la nave central y las laterales o en los arcos perpiaños que separan los tramos de bóvedas, ejerce empujes laterales menores que el de medio punto, lo que permite su elevación independientemente de la anchura que alcance en su base. Esta falta de reciprocidad entre flecha (altura) y luz (anchura) permitió esa mayor apertura de vanos.
Las bóvedas de Chartres son de crucería cuatripartita. Éste es el gran descubrimiento técnico del gótico. Dicha bóveda de crucería es el producto de la intersección de dos bóvedas ojivales perpendiculares que se cortan en las nervaduras, a través de las cuales se harán converger las presiones de la cubierta en los capiteles de los vértices del tramo rectangular que cubren. Desde dichos vértices, las nervaduras se prolongan verticalmente hacia el suelo en finas columnas adosadas por las cuales las cargas ( presiones verticales que ejerce la bóveda)se trasladan al suelo. Cada nervio y arco de las bóvedas se prolonga, por tanto, verticalmente en una columnilla y éstas se juntan formando los llamados pilares fasciculados.
Pese a todo, la transmisión vertical de fuerzas no era suficiente para contrarrestar los empujes laterales hacia el exterior que en muchas iglesias románicas eran absorbidos por las bóvedas de cuarto de cañón que cubrían las naves laterales. Al haber, por lo general, en el gótico una gran diferencia de alturas entre la nave central y las laterales, los empujes que ejercerá la bóveda de la nave central se contrarrestarán por medio del arbotante o botarel que es un arco exterior de gran radio que partiendo de cada uno de los vértices del tramo de bóveda sobrevuela la nave lateral descargando los mencionados empujes en un grueso pilar de sección rectangular llamado estribo,anexo a los muros exteriores de las naves laterales . Chartres fue la primera catedral en las que se utilizó todo el potencial de los arbotantes, haciendo que en cada uno de los potentes estribos descarguen a distintas alturas, tres arbotantes, estando los dos más bajos unidos entre si por medio de columnillas radiales que ofrecen más estabilidad.
Aunque por lo general los estribos estaban rematados por un pináculo que les aportará resistencia y estabilidad, en Chartres vemos que éstos no son utilizados. Observando el exterior de la catedral, apreciamos que la arquitectura gótica está, básicamente pensada hacia el interior de la Iglesia. Todos los empujes, y todos los elementos constructivos que los contrarrestan van hacia el exterior. Su volumetría exterior refleja la construcción en esqueleto del interior e incluso su propia estructura.
Es importante destacar la idea de infinitud de la arquitectura gótica. Por diversas circunstancias, las iglesias rara vez eran terminadas en una sola fase de construcción, pero en la propia imagen del edificio parece buscarse esa sensación de algo dinámico, inacabado y en proceso. Esto se puede observar en las torres que flanquean el portal occidental ya que éste, llamado pórtico Real, junto con la torre sur, más robusta y baja, que lo flanquea, fuero erigidos a finales del siglo XII y son los únicos restos de la catedral románica destruida por el incendio.
Sin embargo, la torre norte, más estilizada y alta,no fue erigida hasta el siglo XVI.
El tratamiento de las esculturas del Pórtico Real es todavía muy rígido y estereotipado y aunque introduce tímidamente elementos naturalistas, podemos decir que está más cerca de la estética románica que la del nuevo estilo gótico. Sin embargo en los dos extremos del transepto, nos encontramos dos magníficos pórticos triples,ya del siglo XIII, poblados de maravillosas esculturas y relieves que son un brillante testimonio de la escultura del gótico clásico.
Aquí, la estereotipación y la rigidez románicas han dado paso a un naturalismo minucioso y a unos gestos más naturales, templados y serenos.
También en los portales la iconografía de las esculturas es muy precisa y, como veremos, se repetirá en todas las catedrales góticas. Encontramos un portal dedicado a Cristo, mostrando sus llagas y presidiendo el Juicio Final, apóstoles y santos o un portal en el que se representan la Anunciación, la Visitación, el nacimiento de Jesús, la adoración de los pastores, la de los Reyes Magos o la huida a Egipto, u otro dedicado a la Virgen en el que se ve su dormición y su coronación por Cristo como soberana celestial.
Como hemos visto al recorrer la catedral o al observar esos pórticos cubiertos de esculturas minuciosísimas, llenas de pequeños detalles, la mirada gótica es antitética de la clásica. Si en ésta se puede adquirir la imagen del edificio en su totalidad desde un solo punto de vista, la mirada gótica es dinámica y exige el recorrido visual (y físico si se trata de un edificio) sobre la obra, para construir una imagen constituida por las impresiones recogidas. Así, odríamos decir que la visión gótica es una visión de lectura que asimila todos los aspectos y detalles observados.
Todo lo comentado nos permite decir que la de Chartres es, no sólo una de las principales catedrales góticas francesas como Amiens, Reims Rouen o Notre Dame de Paris, sino también uno de las construcciones más impresionantes y magníficas jamás construidas.

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