martes, 17 de noviembre de 2009

Capilla Scrovegni en Pádua. Giotto Finalizada en 1306 aprox



Capilla Scrovegni en Pádua. Giotto Finalizada en 1306 aprox.

Giotto es el pintor más importante del Trecento. En italiano se refieren así al siglo XIV y por extensión al arte producido en este periodo de tiempo. En este siglo, algunas ciudades de la Toscana, especialmente Florencia y Siena van a vivir un gran desarrollo económico, gracias a las actividades comerciales y bancarias  de los habitantes burgueses de estas ciudades. Las actividades artísticas van a ser reflejo de esta bonanza económica y , de este modo, un gran número de escultores y pintores trabajarán en estas ciudades.
Si las formas artísticas que se producen en el trecento son formal y contextualmente góticas, veremos que en ellas aparecen nuevos intereses e inquietudes que podemos considerar como un precedente directo de lo que será la estética renacentista. Esto es especialmente evidente en Giotto, artista de la escuela florentina.
Giotto nació en torno a 1265 en las proximidades de Florencia y joven se introdujo como aprendiz en el taller de Cimabue, que era el pintor más importante de su tiempo. Enseguida destacó por su habilidad como pintor y estableciéndose por su cuenta, recibió numerosos e importantes encargos no sólo en Florencia sino por toda Italia. Entre sus obras destacan los frescos realizados en la Iglesia de la Santa Croce en Florencia, los de la vida de San Francisco en la Basílica de San Francisco en Asís o los que ahora comentaremos en la Capilla Scrovegni, también llamada Capilla de la Arena en Pádua. Como arquitecto diseñó el campanile de la catedral de Florencia y también se le atribuyen los relieves escultóricos que decoran la parte inferior de éste. Cuando falleció fue enterrado con grandes honores públicos, algo absolutamente inusual en una época en la que el trabajo de los pintores era todavía considerado al mismo nivel del de otros artesanos como poco digno por ser de factura manual.
Las 36 imágenes principales que componen la decoración de la capilla Scrovegni están realizadas en los dos muros laterales de ésta. Cada uno de los muros está dividido en tres bandas horizontales y cada una de estas bandas en 6 rectángulos. Los temas representados son escenas de las vidas de Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María, escenas de la vida de ésta última, así como episodios de la vida de Jesús desde su nacimiento e infancia hasta su muerte y resurrección. Algunas otras imágenes, como un gran representación del Juicio Final,aparecen en las demás superficies de la capilla.

Al tratarse de pinturas murales la técnica empleada es, lógicamente, la del fresco. Las figuras están pintadas aproximadamente a una escala 1/2, es decir, equivalente a la mitad de su tamaño real, pero dan la impresión de ser mayores por la monumentalidad que poseen.
Si observamos imágenes como la del fresco de la Huída a Egipto, se harán patentes las razones por las que se considera a Giotto como el iniciador de la pintura moderna. Vemos como la escena está dominada por una composición piramidal que coincide con la montaña del fondo sobre la cual se insertan los personajes principales, La Virgen y el Niño montados sobre el burro, lo que contribuye a generar la sensación de equilibrio y unidad de la imagen, distanciándose además de las complejas y en ocasiones confusas composiciones góticas habituales.
Sabemos que Giotto concedía a la observación atenta y rigurosa de la realidad una importancia fundamental ya que muchos de los descubrimientos que aplicará en sus pinturas tendrán su origen en esto. Las figuras están situadas en el espacio de un modo más coherente, respetándose ciertas relaciones relativas de tamaño ente éstas y dicho espacio. Sin embargo, todavía estamos lejos de la perfección en la representación coherente del espacio que se alcanzará con el empleo y el desarrollo de la perspectiva cónica frontal por Brunnelleschi, Alberti y Piero Della Francesca ya en el siglo XV. Así, las figuras que caminan tras la Virgen aparecen con un tamaño levemente menor ,a pesar de encontrarse a una misma profundidad de plano ( Quizás como pervivencia de la intención de jerarquizar la importancia de las figuras por medio del tamaño al que son representadas)..Las montañas del fondo son pequeñas y se asemejan a unas montañas de cartón piedra de un escenario teatral ( algo que es también característico de Giotto es esta semejanza entre el espacio pictórico y el espacio de una caja teatral).
La iluminación de la escena, como se generalizará en el Quattrocento, es difusa, lo que genera un claroscuro leve pero que contribuye a lo que es uno de los grandes éxitos de Giotto: la sensación de volumen que transmiten sus figuras. La transición entre las zonas iluminadas, más claras, y las zonas de sombra, más oscuras de las figuras es lo que llamamos claroscuro, lo que junto a la rotundidad algo geometrizada de las figuras contribuye a generar la sensación de corporeidad de éstas. Las figuras aparecen representadas con precisión en sus proporciones, introduciéndose perfectos escorzos.
Aunque no es apreciable en la imagen que ilustra el comentario, algo característico de Giotto es también el interés por la caracterización psicológica de los personajes y la atención a sus gestos y expresiones por medio de la representación cuidadosa de posturas y gestos faciales.