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Notre Dame de París.1177-1250.
Podemos decir que la gótica es la era de las catedrales. A
mediados del siglo XII surgiría el nuevo estilo, muy vinculado al crecimiento
de las ciudades de la Île de France, región en torno a París. El extraordinario
progreso de las ciudades, el crecimiento económico y el desarrollo de los
gremios en éstas, así como la religiosidad de sus habitantes, produjeron un enorme
impulso constructivo que hizo que en un breve lapso inicial se erigiese un
enorme número de catedrales, primero en Francia, pero luego, rápidamente, por
España, Alemania, Inglaterra, Alemania y otros países europeos. El estilo
gótico pervivirá hasta el siglo XVI en muchos lugares de Europa.
Notre Dame es una de las más bellas catedrales góticas francesas. Está construida totalmente en piedra y tiene la habitual planta de cruz latina y cinco naves con una cabecera muy alargada, como es habitual en el gótico, en la que se mantienen dichas cinco naves , generando en torno al ábside una doble girola que permite el acceso a las capillas absidiales. Además, entre los contrafuertes laterales también se sitúan capillas que reducen la diferencia de anchura del cuerpo respecto al transepto.
Los arcos formeros son ojivales y se alzan sobre gruesas columnas. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de crucería cuatripartita. Sobre las adyacentes a la central se sitúa una tribuna ( que en las catedrales góticas posteriores se convertirá en un estrecho pasillo llamado triforio).
Dicha tribuna se abre a la nave central por medio de ventanas pareadas rematadas por arcos ojivales e incluso se prolonga en torno al ábside sobre la girola. El claristorio ( Parte de la iglesia dónde se sitúan ventanas y vidrieras) está ocupado por amplias vidrieras. Las vidrieras de las catedrales góticas tienen una importancia fundamental en su desarrollo constructivo. El interior del templo, imagen de la Jerusalén celestial, es un espacio de transformación espiritual y se baña en la luz filtrada por ellas, convirtiéndose en una especie de joyero al que llegan todos los matices de la luz divina. Esta luz es asimilada al espíritu puesto que es esencialmente divina y expresa el poder de Dios. La luz que atraviesa los cristales simboliza también la Inmaculada Concepción. Además de las vidrieras con forma de lanceta , vemos unas enormes vidrieras circulares en los extremos del transepto y en los pies de la iglesia sobre la triple portada.
Pero claro, los sistemas constructivos empleados en el románico no permitían abrir semejantes vanos para ser ocupados por vidrieras así que lo que caracteriza al gótico es que tuvieron que idear un nuevo procedimiento que es el que estamos viendo aún en ciernes en Notre Dame.Esto se consiguió con el empleo del arco ojival o apuntado y de las bóvedas de crucería. El arco apuntado ejerce empujes laterales menores que el de medio punto, lo que permite su elevación independientemente de la anchura que alcance en su base. Es esta falta de reciprocidad entre flecha (altura) y luz (anchura) la que permite una mayor apertura de vanos. La bóveda de crucería es el producto de la intersección de dos bóvedas ojivales perpendiculares que se cortan en las nervaduras, a través de las cuales se harán converger las fuerzas en los vértices del rectángulo que cubren. Desde ellos las cargas (fuerzas verticales hacia el suelo)se trasladarán al suelo por medio de fascículos ( finas columnas adosadas) que en el caso de Notre Dame llegan hasta los capiteles de las columnas que separan la nave central de las laterales. Pese a todo, la transmisión vertical de fuerzas no era suficiente para contrarrestar los empujes laterales hacia el exterior. Al haber una gran diferencia de alturas entre la nave central y las laterales, los empujes que ejerce la bóveda de la nave central , en este caso de crucería sexpartirta, se contrarrestarán por medio del arbotante o botarel que es un arco exterior de gran radio que partiendo de cada uno de los vértices del tramo de bóveda sobrevuela la nave lateral descargando los mencionados empujes en un grueso pilar de sección rectangular anexo a los muros exteriores de las naves laterales llamado estribo o contrafuerte. Dichos estribos están rematados por pináculos que les aportan resistencia y estabilidad.
La aguja sobre el crucero se añadió en el siglo XIX, durante la restauración dirigida por Viollet le Duc.
En el exterior destaca también la fachada occidental, flanqueada por dos enormes torres de sección cuadrada que en este caso no están rematadas por agujas. También en la fachada occidental apreciamos el triple portal con la magnífica decoración escultórica en la que la estereotipación y rígidez románicas han dado paso a un arte mucho más naturalista que toma la observación atenta de la realidad como punto de partida. Algunos temas de estos portales son los mismos del románico. Así, aparece el Juicio final con los pecadores enviados al infierno o los justos al cielo pero el Cristo que preside esto aparece mostrando las huellas de su martirio, flanqueado por ángeles que portan los instrumentos de éste ( La cruz y la lanza con la que se le traspasó el costado).Además, ahora aparece la sensibilidad hacia la figura de la Virgen que se concreta en que aparezca ante Jesús, intercediendo por los hombres en el juicio y que se dedique un portal a escenas de su vida y a la imagen de la Coronación de la Virgen por Cristo como soberana del cielo. Todo el programa iconográfico de la catedral, tanto el de las vidrieras como el de las esculturas de las portadas en extremadamente preciso y concreto y responde a una voluntad de influir por estos medios en el fiel que se acerca a orar.
Notre Dame es una de las más bellas catedrales góticas francesas. Está construida totalmente en piedra y tiene la habitual planta de cruz latina y cinco naves con una cabecera muy alargada, como es habitual en el gótico, en la que se mantienen dichas cinco naves , generando en torno al ábside una doble girola que permite el acceso a las capillas absidiales. Además, entre los contrafuertes laterales también se sitúan capillas que reducen la diferencia de anchura del cuerpo respecto al transepto.
Los arcos formeros son ojivales y se alzan sobre gruesas columnas. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de crucería cuatripartita. Sobre las adyacentes a la central se sitúa una tribuna ( que en las catedrales góticas posteriores se convertirá en un estrecho pasillo llamado triforio).
Dicha tribuna se abre a la nave central por medio de ventanas pareadas rematadas por arcos ojivales e incluso se prolonga en torno al ábside sobre la girola. El claristorio ( Parte de la iglesia dónde se sitúan ventanas y vidrieras) está ocupado por amplias vidrieras. Las vidrieras de las catedrales góticas tienen una importancia fundamental en su desarrollo constructivo. El interior del templo, imagen de la Jerusalén celestial, es un espacio de transformación espiritual y se baña en la luz filtrada por ellas, convirtiéndose en una especie de joyero al que llegan todos los matices de la luz divina. Esta luz es asimilada al espíritu puesto que es esencialmente divina y expresa el poder de Dios. La luz que atraviesa los cristales simboliza también la Inmaculada Concepción. Además de las vidrieras con forma de lanceta , vemos unas enormes vidrieras circulares en los extremos del transepto y en los pies de la iglesia sobre la triple portada.
Pero claro, los sistemas constructivos empleados en el románico no permitían abrir semejantes vanos para ser ocupados por vidrieras así que lo que caracteriza al gótico es que tuvieron que idear un nuevo procedimiento que es el que estamos viendo aún en ciernes en Notre Dame.Esto se consiguió con el empleo del arco ojival o apuntado y de las bóvedas de crucería. El arco apuntado ejerce empujes laterales menores que el de medio punto, lo que permite su elevación independientemente de la anchura que alcance en su base. Es esta falta de reciprocidad entre flecha (altura) y luz (anchura) la que permite una mayor apertura de vanos. La bóveda de crucería es el producto de la intersección de dos bóvedas ojivales perpendiculares que se cortan en las nervaduras, a través de las cuales se harán converger las fuerzas en los vértices del rectángulo que cubren. Desde ellos las cargas (fuerzas verticales hacia el suelo)se trasladarán al suelo por medio de fascículos ( finas columnas adosadas) que en el caso de Notre Dame llegan hasta los capiteles de las columnas que separan la nave central de las laterales. Pese a todo, la transmisión vertical de fuerzas no era suficiente para contrarrestar los empujes laterales hacia el exterior. Al haber una gran diferencia de alturas entre la nave central y las laterales, los empujes que ejerce la bóveda de la nave central , en este caso de crucería sexpartirta, se contrarrestarán por medio del arbotante o botarel que es un arco exterior de gran radio que partiendo de cada uno de los vértices del tramo de bóveda sobrevuela la nave lateral descargando los mencionados empujes en un grueso pilar de sección rectangular anexo a los muros exteriores de las naves laterales llamado estribo o contrafuerte. Dichos estribos están rematados por pináculos que les aportan resistencia y estabilidad.
La aguja sobre el crucero se añadió en el siglo XIX, durante la restauración dirigida por Viollet le Duc.
En el exterior destaca también la fachada occidental, flanqueada por dos enormes torres de sección cuadrada que en este caso no están rematadas por agujas. También en la fachada occidental apreciamos el triple portal con la magnífica decoración escultórica en la que la estereotipación y rígidez románicas han dado paso a un arte mucho más naturalista que toma la observación atenta de la realidad como punto de partida. Algunos temas de estos portales son los mismos del románico. Así, aparece el Juicio final con los pecadores enviados al infierno o los justos al cielo pero el Cristo que preside esto aparece mostrando las huellas de su martirio, flanqueado por ángeles que portan los instrumentos de éste ( La cruz y la lanza con la que se le traspasó el costado).Además, ahora aparece la sensibilidad hacia la figura de la Virgen que se concreta en que aparezca ante Jesús, intercediendo por los hombres en el juicio y que se dedique un portal a escenas de su vida y a la imagen de la Coronación de la Virgen por Cristo como soberana del cielo. Todo el programa iconográfico de la catedral, tanto el de las vidrieras como el de las esculturas de las portadas en extremadamente preciso y concreto y responde a una voluntad de influir por estos medios en el fiel que se acerca a orar.
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