miércoles, 6 de marzo de 2013

Una tarde de Domingo en la isla de la Grande Jatte. Seurat. 1884-1886.


 Unos diez años después de sus aparición el revuelo y el rechazo casi generales que había causado el Impresionismo no habían desaparecido entre la mayoría del público y de los artistas academicistas. Sin embargo, gran cantidad de jóvenes artistas se vieron primero influenciados por dichos impresionistas para plantearse después  respuestas más personales acerca de lo que el objeto pictórico debía ser. Entre estos artistas se encontraban los que se conocerían como neoimpresionistas ( Seurat o Signac ) o a los que más tarde se englobaría bajo el término de Postimpresionistas ( Cézanne, Gauguin, Van Gogh o Toulouse Lautrec). 
 Georges Seurat es el más conocido de los artistas llamados Neoimpresionistas o puntillistas. Los puntillistas se alejarán de los impresionistas por la voluntad de interpretar los efectos de luz y los colores de un modo más rigurosamente científico. Para ello, se basaron  en las teorías que sobre la física de los colores habían aparecido a lo largo del siglo XIX, en especial la ley del contraste simultáneo de colores de Chevreul. Esta ley decía que existían tres colores primarios: el amarillo , el rojo y el azul  y tres colores secundarios , fruto de mezclar los primarios de dos en dos: El violeta, el verde y el naranja. Chevreul llama complementarios a los colores entre los que se produce un contraste máximo y, según demostró,cada color primario tiene por complementario, al secundario no formado por él. Dependiendo de las proporciones de como se mezclen estos tres colores y del grado de saturación (Intensidad de color) de éstos, se obtendrán todos los colores del círculo cromático. Además, Chevreul descubrió que si un mismo color se encuentra rodeado de una masa de otro color, se verá distinto dependiendo del color de la masa que le rodee ya que ésta “teñirá” con su complementario el color rodeado.
Teniendo en cuenta estas ideas, , los artistas puntillistas aplicarán el color en los cuadros por medio de pequeñísimas pinceladas como puntitos de colores puros de manera que el color se mezcle no en la paleta del pintor antes de ser aplicado sino en la retina del espectador: A partir de dos manchas de distinto color, el ojo opera lo que se llama una mezcla óptica: es decir que esos dos colores van a ser percibido como una combinación o fusión en un nuevo color.( Si aplicamos una serie de puntos amarillos combinados con otros azules, la masa resultante se percibirá como verde).
Seurat  era un artista de sólida formación intelectual que tenía como amigos a algún reputado científico y trabajó en  la época en la que el positivismo filosófico creía en el poder de la Ciencia para, por medio de la observación y el análisis, llegar a explicar y entender el mundo. De igual modo, Seurat creía en la posibilidad de aplicar criterios científicos a la creación artística. 
Seurat empleaba  para referirse a su técnica el término de “Cromoluminarismo” y tanto el de “ Neoimpresionismo” como el de “puntillismo” que fueron creados por críticos de arte, no le satisfacían.
Seurat sostenía que el color y las líneas de la composición podían generar distintas emociones o la sensación de ritmo y movimiento. De este modo,  los colores cálidos y los tonos luminosos combinados con líneas ascendentes en la composición expresan y provocan la alegría mientras que los colores oscuros y fríos  junto con líneas descendentes generan  una sensación melancólica o de tristeza. El equilibrio de tonos cálidos y fríos  de luz y sombras y la presencia de líneas horizontales  generará una sensación de calma y armonía. 
Lamentablemente, Seurat falleció con 31 años y su obra es, lógicamente escasa. De él podemos destacar los maravillosos dibujos que creó con lápiz Conté ( una especie de carboncillo )sobre papel texturado, y cuadros como el que vamos a comentar, o "el baño en Asnières", "las modelos" o "el circo".

Seurat inició el cuadro “ Tarde de domingo en la Grande Jatte” en 1884, poco después de haber expuesto otro cuadro igualmente grande “  Domingo en Asnières” “ en el que todavía no empleó la técnica puntillista ( aunque más tarde lo retocaría introduciendo puntos de color en algunas zonas).
El cuadro es un óleo sobre lienzo de unos 3x2 m . Para pintarlo siguió un riguroso método que le llevó dos años de trabajo: Por las mañanas, tomaba apuntes del natural y por las tardes,  analizaba y “descomponía” los tonos de los apuntes en puntitos de los colores que los formaban y pintaba el cuadro en el estudio. Se sabe que Seurat utilizó 38  estudios en óleo y 23 dibujos preparatorios en la elaboración de este cuadro.
La gama de colores es muy amplia y podemos decir que hay un equilibrio , absolutamente buscado por el artista entre tonos cálidos y fríos. El color fue aplicado por medio de miles de pequeños puntos de los colores primarios y secundarios ( aunque podemos ver puntos de distintas tonalidades de naranja, azul o verde y no una sola de cada uno de estos). Si contemplamos el cuadro de lejos los puntos de color no se distinguen y se funden ópticamente los unos con los otros. 
La idea de aplicar el color por medio de pinceladas que tienen algo de mecánico , era también una postura revolucionaria que se enfrentaba a la idea de “ Buen gusto” y de “Gran Arte” imperantes en la época.
Uno de los pigmentos empleados por Seurat era el recién descubierto amarillo de zinc que, sin embargo, le jugó una mala pasada ya que empezó a transformarse en un tono marronáceo al poco de terminar el cuadro.
La composición cuidadosísimamente estudiada por Seurat está dominada por las  líneas verticales y horizontales que transmiten una sensación de orden, equilibrio y armonía. El rigor  de líneas horizontales y verticales es atemperado por el  las sombrillas o las faldas redondeadas de algunas de las mujeres.
 Las figuras de Seurat tienen algo de hiératico y majestuoso que puede  recordarnos a un friso  clásico (el propio Seurat decía querer hacer algo semejante al friso de las Panateneas de Fidias) y que parecen querer crear una escena cuya quietud tiene algo de eterno y monumental que evoca la calma del ritual de los paseos en nuestros momentos de ocio. De este modo, Seurat se aleja de los impresionistas que buscaban captar la fugacidad de los efectos atmosféricos o el dinamismo de la vida en la ciudad.
Seurat nos muestra la tranquilidad de un hermoso día de primavera o verano. En la orilla del río, en esta isla del Sena próxima  a París, vemos a personas, sentadas,tumbadas o de pie, disfrutando de la sombra en  primer plano o del sol que ilumina el centro de la imagen. Podemos distinguir todo tipo de personajes:  una pareja de burgueses que pasean con un perrito y un mono como mascotas, unas jóvenes sentadas preparando un ramo de flores, otra pescando en la orilla, unos militares paseando, un hombre con atuendo deportivo recostado y fumando en pipa, niñas jugando, unos  jóvenes practicando remo en una embarcación,...
Seurat , como era costumbre e él, hizo también el marco del cuadro que era un simple recuadro de madera pintado en tonos  en los que domina el azul,con la misma técnica puntillista para potenciar la experiencia de la contemplación de la pintura.
La tela fue expuesta por primera vez en mayo de1886 en la octava exposición impresionista de pintura. A pesar de que se pedía al público que la observara de lejos para que se produjera el efecto de la mezcla óptica, era muy frecuente que la gente se acercara a observar el cuadro de muy cerca , lo que hizo escribir al crítico de arte Félix Féneon, amigo de Seurat que hacer esto era como querer escuchar una sinfonía sentándose entre los metales de una orquesta.
 La influencia de Seurat  ya sea por su idea del empleo de un procedimiento científico para crear la belleza, sus teorías o por su técnica pictórica  fue muy grande, no sólo en artistas contemporáneos que adoptaron su misma técnica sino también en artistas posteriores como Matisse o Robert Délaunay y en toda la aparición de las corrientes abstractas de comienzos del siglo XX.

  

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