lunes, 7 de junio de 2010

Museo Guggenheim, Nueva York. 1943-1959. Frank Lloyd Wright



Nacido en 1869 y muerto en 1959, el estadounidense Frank Lloyd Wright se convertiría en uno de los arquitectos más importantes del siglo XX. Su trabajo, extensísimo pues abarca más de 400 obras y proyectos, es difícilmente clasificable dentro de las tendencias más características del siglo XX.
Su formación no fue universitaria sino que se inició como delineante y prosigió cuando entró a trabajar como tal en el estudio de Louis H. Sullivan, quien en las décadas finales del siglo XIX fue uno de los grandes maestros de la llamada Escuela de Chicago e iniciador del Funcionalismo.

En 1893 se dio una exposición en Chicago en la que se expondría un edificio tradicional japonés a escala 1/2. La ligereza de la arquitectura japonesa, así como la versatilidad espacial, con el empleo de paneles deslizantes que transforman y modulan diferentemente el espacio o hacen que los límites entre espacio interior y exterior varíen, impresionaron profundamente a Wright.
Pero también dicha exposición de Chicago supuso la reafirmación del triunfo del mal gusto en la arquitectura americana, basada, a excepción de la de Sullivan , en unas formas eclécticas que combinaban arbitraria y desproporcionadamente elementos decorativos de los diferentes estilos históricos. Wright, estableciéndose por su cuenta un año más tarde, reaccionará contra el historicismo ecléctico productor de este tipo de arquitectura, buscando dar a América unas nuevas formas arquitectónicas que se alejaran del historicismo europeo. Wright fue un gran individualista, imbuido del espíritu de los “Pioneros”, aquellos americanos que se internaron en las praderas del Oeste americano para establecerse en ellas y defenderá que si la arquitectura es pura creación ésta debe subvertir la historia y enfrentarse a ella y que sólo un pueblo sin historia como el americano podía hacer un arte plenamente creativo.
Para Wright la casa debía ser el lugar donde se da el contacto con la realidad en el que cada persona se realiza a sí misma. Consecuencias de esta idea será la desaparición de la concepción de espacio interior como“ caja espacial”, la reducción de lo elementos compositivos principales a horizontales y verticales, la articulación libre de la planta ( la llamada “ planta libre”) que creará espacios interiores mucho más fluidos, la concentración de los elementos portantes en un núcleo plástico interior , la supresión de la diferencia neta entre espacio interno y externo y la identificación del edificio con el ambiente natural, entendido éste como o un lugar concreto. Todos estos aspectos se darán en las llamadas “Prairie House” o “Casas de la Pradera” ( Entre las que destaca la Robie House en Chicago) que diseñará en sus primeros años de actividad y que ejercerían una gran influencia entre los arquitectos europeos de las dos primeras décadas del siglo XX que aclamaron a Wright como un maestro.
En los años 20 Wright realizó el Hotel Imperial de Tokio o la Charles Ennis house en Los Ángeles pero con el surgimiento de la arquitectura racionalista en Europa en la década de los 20, encabezada por arquitectos como Gropius o Le Corbusier, pareció que la figura de Wright se difuminaba en el olvido. Sin embargo, como un extraordinario golpe de efecto Wright volvió a atraer la atención sobre su obra con dos proyectos fundamentales realizados en los años 30: Las Oficinas centrales de la Jonson Wax en Racine , Wisconsin y “ Fallingwatwer” o “ La Casa de la Cascada”.
En 1932, Wright fundó  la escuela Taliesin, una especie comunidad y escuela de arquitectura en lo que, desde dos décadas antes, era su vivienda familiar y estudio, enclavada en una zona rural de Wisconsin. La profundización en el arte y las filosofías orientales le llevó a utilizar un método de enseñanza y aprendizaje muy poco convencional,  basado en la familiaridad cotidiana entre el maestro y sus discípulos,, la comunión profunda con la naturaleza, sus materiales y sus procesos de formación y la llegada espontánea al “ arte” a través de una experiencia “ superior” o metafísica de la vida.
Todavía al final de su vida, Wright realizó otro proyecto revolucionario: El Museo Guggenheim de Nueva York que ahora vmos a comentar.
Hacia 1943, el magnate y coleccionista de arte Solomon Guggenheim encargó a a Frank Lloyd Wright la realización de un museo que albergara su valiosa colección de arte moderno con la premisa de que quería algo que se saliera de lo común respecto a lo que era un museo hasta ese momento.
Por diversos avatares administrativos, la construcción del edificio no arrancó hasta 1956 y éste fue inaugurado en 1959, seis meses después del fallecimiento del genial arquitecto.
Wright empleó el hormigón armado en la complejísima estructura del edificio. En el exterior, de color blanco marfil, destaca la pureza de formas del tronco de cono invertido levantándose sobre un cuerpo prismático rectangular que le otorga una imagen casi escultórica.
Realmente Wright cumplió a la perfección los deseos de Guggenheim ya que planteó una radicalmente nueva forma de recorrer un museo. Si hasta entonces, éstos constaban de un número de salas que había que recorrer en un sentido para admirar sus obras y, luego, en sentido contrario para salir, En el Guggenheim, tras entrar y comprar su entrada en el vestíbulo, el visitante se encuentra en la base de un bellísimo patio interior dominado por un enorme lucernario cenital que es la única fuente de luz natural, y rodeado de una rampa en espiral. Desde ahí se dirige al ascensor por el que asciende hasta la parte superior de la rampa desde dónde se inicia la visita del museo descendiendo por la rampa de suave inclinación mientras se contemplan las obras expuestas.
Esta solución fue muy contestada por lgunos artistas contemporáneos que incluso llegaron a firmar una carta oponiéndose al proyecto aduciendo que en las paredes curvadas los cuadros grandes quedarían en su parte central demasiado separados de éstas y que los bordes inferiores de los cuadros no quedarían paralelos a la ligeramente inclinada línea de intersección entre la pared y el suelo de la rampa. Final y afortunadamente, esta objeciones no fueron tomadas en cuenta .
La forma de tronco de cono y la solución de la rampa ya fue utilizada en los años 20 por Wright en un proyecto no realizado llamado Gordon Strong Objective que era una especie de enorme planetario semiesférico que en su parte exterior era un enorme cono truncado (esta vez no invertido) rodeado de dos rampas en espiral que permitirían el ascenso en vehículo por una de ellas hasta la plataforma-observatorio de la parte superior y el posterior descenso por la otra rampa.
El empleo de esas formas geométricas simples en la concepción del edificio enlaza también con los proyectos de arquitectos utópicos como el neoclásico Boulée.
Con este Guggenheim Museum de Nueva York,se inicia también una época en la que la arquitectura museística adquiere un protagonismo al menos equivalenteal de las obras artísticas que alberga,época que ha lacanzado su punto culminante con edificios recientes como el museo Guggenheim de Bilbao y otras tantas ampliaciones, intervenciones y creaciones de nuevos museos llavadas a cabo por los arquitectos más conocidos de la actualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade, por favor, tu comentario: