lunes, 7 de septiembre de 2009

Piedad de Miguel Ángel. 1499.



Piedad de Miguel Ángel. 1499.
Miguel Ángel es el escultor más importante del Cinquecento. Además de su actividad como escultor , practicó la arquitectura(construyendo la Bibioteca laurenciana de Florencia, la plaza del Campidoglio en Roma o interviniendo en la basílica de San Pedro en la que entre otras cosas diseñó su cúpula), la pintura (pintando la bóveda de la Capilla Sixtina y el Juicio Final en su ábside) y la poesía. Miguel Ángel nació en 1475 en Caprese, un pueblo de la Toscana. Si en sus primeras obras (la Pietá, La Virgen con el Niño de Brujas, el Baco, el David) vemos un clasicismo extremo, tempranamente aparecen en Miguel Ángel aspectos estilísticos nuevos que lo alejan del clasicismo y prefiguran el manierismo del que será motor y máximo representante: posturas quebradas e intranquilas, formas inacabadas y superficies rugosas y sin pulir y un recurso al Non finito que es una utilización consciente de la superficie mate y rugosa en su cualidad “ pictórica”.
En este Non finito podemos ver también la adscripción de Miguel Ángel al platónismo, con su creencia acerca de que la idea ya está contenida en el bloque de mármol y que el escultor es el agente que la saca a la superficie, de modo que, cuando esa idea está ya clara, ya ha aflorado, no es necesario insistir más en ella incidiendo en sus detalles.
Por lo general, las figuras de Miguel Ángel tendrán físicos poderosísimos, reflejo de la fortaleza espiritual que quiere atribuirles, de modo que sus esculturas, como sus pinturas también parecen representar a titanes.
Sin embargo, esta Piedad de Miguel Ángel que realizó con 24 años es todavía absolutamente clásica y una de las obras- cumbre del Renacimiento.
La escultura está tallada en un bloque de mármol de Carrara. La talla es cuidadosísima y las superficies aparecen minuciosamente pulidas, reproduciendo hasta el mínimo detalle de la anatomía de las figuras o las calidades y pliegues de las vestimentas. También llama la atención como crea efectos de claroscuro con la profundidad de algunas arrugas y pliegues de las ropas realizadas con el trépano.
La forma se concreta en una composición piramidal perfecta y cerrada, ejemplo de la racionalización clásica.
La Virgen está representada como una mujer muy joven y de idealizada belleza, cuyo dolor es presentado con un gesto de serena tristeza que evita cualquier presentación naturalista de los sentimientos que hubiera sido considerada indecorosa e inármonica. Por la misma razón, La Virgen tampoco muestra ningún gesto que delate el esfuerzo de sostener el cuerpo de Cristo que parece descansar en su regazo. la figura de Cristo posee un cuerpo apolíneo, armónico y proporcionado que tampoco muestra en su cuerpo ninguna huella del terrible martirio que ha sufrido.
La obra fue realizada por encargo de un cardenal francés para el Vaticano, en cuya basílica de San Pedro se encuentra hoy.
Muchos años despues, Miguel Ángel repitió el tema de la Piedad en imágenes ya plenamente manieristas como la Piedad del Duomo o la Piedad Rondanini.

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