domingo, 16 de agosto de 2009

Joseph Beuys. I like America and America likes me.1974.


Joseph Beuys. I like America and America likes me.1974.
Uno de los artistas más determinantes en el arte a partir de los años 60 del siglo XX es el alemán Joseph Beuys. Su práctica artística le llevará a intentar ampliar los dominios de lo que tradicionalmente se consideraba como artístico y lo entenderá como un motor de transformación social, política, espiritual y ecológica para lo cual llegará a idear procedimientos de intervención política como la fundación de un partido o de una universidad libre. En sus instalaciones , esculturas, performances y happenings, Beuys subraya la proximidad del arte respecto a los procedimientos y objetivos de los primitivos rituales de magia y sanación. Así, utilizará una serie de materiales recurrentes en su obra ( la miel, la cera, el fieltro...) a los que concede cierta capacidad simbólica ( Beuys fue piloto de Stuka en la segunda Guerra Mundial y , tras ser derribado en la URSS, fue cuidado y sanado por un grupo de tártaros que lo cubrieron con fieltro y le ungieron con grasa, por lo que vio en dichos materiales connotaciones relacionadas con la conservación del calor y de la energia y de los procesos vitales) y que nos pueden recordar a las ofrendas utilizadas en los rituales mágicos antes mencionados. Pero también en las acciones que realiza podemos ver a una especie de moderno chamán dirigiendo una ceremonia, que ha sustituido su tocado de plumas por el eterno sombrero de ala que vestía siempre Beuys. Beuys hablaba de" escultura Social" y de un Arte que expandiera la noción sobre si mismo y en el que qualquiera pudiera ser considerado artista.
En esta conocida performance de Beuys, éste aterrizó en Nueva York y fue trasladado desde el aeropuerto a la galería de arte en la que iba a desarrollarse la acción tumbado en una ambulancia y enrrollado en fieltro. De un lado, quería mantener su promesa de no poner los pies en EEUU mientras durase la guerra de Vietnam. De otro, no quería percibir nada de ese país hasta encontrarse en el interior de la galería. Al llegar a la galería en la que se había dispuesto un montón de paja en un rincón , se encerró durante cuatro días con un coyote. El coyote había pasado de ser un animal tótem y admirado por los indios de Norteamérica a ser, en la cultura de los “blancos”, el símbolo del animal taimado y maligno a perseguir y destruir, como los habían sido también los pueblos indígenas norteamericanos. Beuys lo veía como un símbolo de la América anterior a los EEUU y una víctima de la mentalidad dominante y se propuso una especie de ceremonia de reconciliación y recuperación de los valores y la identidad de los pieles rojas. Encerrándose con el animal, se mantuvo envuelto en las mismas bandas de fieltro  haciendo que sólo apareciera su bastón de pastor. Beuys disponía además de un triángulo que hacía sonar de vez en cuando y de una linterna. Inicialmente, el animal  olisqueó, mordió y desgarró el fieltro; después se tendió sobre el fieltro mientras Beuys lo hacía sobre el montón de paja en el que se recostaba el animal. La única presencia alusiva a los EEUU eran unos ejemplares del Wall Street Journal, que como se sabe, es un periódico de economía y paradigma de la sociedad y el modo de vida estadounidenses con el omnipresente e imperante interés por hacer dinero. Curiosamente, el coyote prefería  acomodarse y hacer sus necesidades sobre los periódicos y no sobre el montón de paja que se había preparado a tal efecto.Poco a poco cada uno se fue acostumbrando a la presencia del otro. De este modo, la acción-ceremonia dirigida por el “chamán” Beuys demostraba lo infundado de algunos temores e ideas preconcebidas. Tras el encierro, considerando que , por medio de esta acción se había restablecido una relación armónica entre el hombre y el animal,  Beuys abrazó al animal, desparramó la paja por el suelo de la galería y fue recogido por la ambulancia que le llevó , envuelto de nuevo en fieltro, de vuelta al aeropuerto.
Esta performance fue filmada y fotografiada a lo largo de esos cuatro días que duró y, como es habitual en este tipo de formas artísticas,son las fotografías y el corto realizados los que quedan como único testimonio de dicha acción.
Como sabemos, la influencia del trabajo de Beuys en el arte contemporáneo ha sido enorme, tanto en los años 60, 70 y 80 del siglo XX, como también en el surgimiento de las tendencias neoconceptuales de este comienzo de siglo.

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