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sábado, 21 de marzo de 2020

IGLÚ DE GIAP, MARIO MERZ. 1968.



El término de Arte Povera ( en italiano, arte pobre) fue acuñado por el crítico Germano Celant en 1967 y surge en Italia para referirse a unos artistas que, en su origen, pretendían enfrentarse a la sociedad de consumo y desafiar la industria cultural recuperando una actitud revolucionaria que les llevó incluso a rechazar el término  bajo el que se les englobaba por ver en ello un intento de clasificación y, por tanto, de control.

A menudo se ha dicho que el término “pobre” se refiere a los materiales empleados, que frecuentemente sí lo son, pero esto sería un reduccionismo porque, como veremos, también emplearán otros más “ricos” o “sofisticados”, como el oro o el neón. Más bien, la pobreza  a la que se refieren es una pobreza de actitud, como la del guerrillero o el asceta que no deba  depender para su  “misión” de la maquinaria económica de las  instituciones culturales y recoge el espíritu contestatario de finales de los 60 ( De hecho, esa referencia al guerrillero se relaciona con el contexto de la época: la lucha guerrillera de izquierdas, de los movimientos de Liberación, y las luchas anticolonialistas o la Guerra de Vietnam), reflexionando también sobre la tensión dialéctica entre naturaleza y cultura.
Los principales artistas agrupados bajo este epígrafe son los italianos Mario Merz,, Giovanni Anselmo, Giuseppe Penone, Michelangelo Pistoletto y el griego afincado en Italia Iannis Kounellis.

 Mario Merz  realizó este” Iglú de Giap” en 1968.  El iglú tiene una base de dos metros de diámetro y un metro veinte de altura. Merz utilizará en muchas ocasiones a lo largo de su carrera la forma hemisférica del iglú por las asociaciones que puede generar: puede ser tanto el mundo como una casa, pero no una casa cualquiera, sino una que simboliza supervivencia, refugio, abrigo y nomadeo. En otras ocasiones, recubrirá la estructura del iglú con diferentes materiales: madera,  láminas de vidrio unidas por sargentas a la estructura metálica etc..
 En en este caso , Merz emplea una estructura metálica con un enrejado que recubre de un  material pobre, la arcilla, en paquetes de plástico transparente para  construir el iglú y contradice  la humildad de la arcilla con el rotulo de neón, mucho más sofisticado y tecnológico. Si el iglú está construido con sacos de plástico llenos de arcilla, lo que le da un cierto aspecto de refugio de guerra, y si  incorpora esas letras de neón en espiral recogiendo una cita del general vietnamita Giap refiriéndose a su estrategia de combate:“Si el enemigo se concentra pierde terreno, si se dispersa pierde fuerza”,  es innegable la relación que la obra tiene con el espíritu contestatario de finales de los 60 que se enfrentará, entre otras, cosas a la intervención norteamericana en Vietnam o que desembocará en el movimiento revolucionario de Mayo del 68 ( año en que se realiza esta obra).  El neón subvierte además, la función de rótulo publicitario para la que solía emplearse,  proclamando una cita de un ideólogo de la lucha revolucionaria de la época.
Por otro lado, el empleo de la espiral , como la de neón que recoge la cita, es también frecuentemente utilizada por Merz ya que  ésta se construye siguiendo la sucesión de Fibonacci (1, 2, 4 ,8 16, 32, 64...) en la que la relación entre dos números consecutivos, tiende al número de oro, con lo que evoca la voluntad de los artistas del Renacimiento de encontrar en la naturaleza un orden de proporciones que la expliquen.

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