jueves, 10 de febrero de 2011

El Lavatorio.Tintoretto. 1547.


El Lavatorio de Tintoretto.

Jacopo Comin o Robusti llamado Tintoretto fue junto a El Veronés uno de los grandes pintores del manierismo veneciano del siglo XVI. Nació en 1518, siendo el primogénito de una familia de 21 hermanos, cuyo padre era tintorero, de ahí el sobrenombre del Pintor.
Dentro del manierismo, los pintores venecianos manieristas se distinguirán, siguiendo el ejemplo de los grandes pintores venecianos del Renacimiento Pleno como Giorgione y Tiziano por la importancia concedida al color, que es en éstos el elemento configurador de la imagen pictórica y por la mayor soltura en la aplicación de la pintura, lo que redundará en una mayor valoración de lo pictórico. Como otros pintores manieristas veremos como Tintoretto gustará de jugar con el empleo de perspectivas cónicas más forzadas y con la introducción de elementos anecdóticos o triviales en la imagen.
Tintoretto fue un gran admirador de Miguel Ángel y de Tiziano ,del que fue discípulo, y (En su estudio figuraba en un cartel el lema: el dibujo de Miguel Ángel y el color de Tiziano). Además fue un pintor muy prolífico y entre sus obras destacan sobre todos la exuberante decoración de la Scuola Grande de San Rocco en Venecia y la del también veneciano Palacio de los Dux en cuya sala del Consejo Mayor pintaría el Paraíso, considerado con sus 7,25x24,65 m. el óleo sobre lienzo más grande pintado nunca.
El Lavatorio es uno de los cuadros más conocidos de Tinoretto.
Es un óleo sobre lienzo de gran tamaño ten el que hay una preponderancia del color sobre el dibujo como corresponde a la tradición de la escuela veneciana El cuadro es un inmejorable ejemplo de la prodigiosa técnica pictórica de Tintoretto y se caracteriza por una gran valoración de lo pictórico ya que apreciamos numerosos empastes y una mayor soltura en la aplicación de las pinceladas. Ahora el pintor no se preocupará de fundir las diversas pinceladas para crear una superficie pictórica homogénea sino que podremos apreciar el recorrido y la densidad de éstas por la superficie del cuadro y la precisión con que, a pesar de la soltura del la pincelada, recrea los distintos efectos lumínicos y las más variadas texturas (Basta para ellos observar como está construida, por ejemplo la manga de Cristo o el aguamanil dorado con sus sueltos empastes y pinceladas).
La gama de colores es amplia y vemos como combina colores cálidos ( como los rojos, rosas, carnes y marrones y fríos (como los azules) y los distintos grados de saturación de éstos.
La luz que parece bañar la escena es difusa y crea en esta ocasión un claroscuro bastante acusado que genera una gran sensación de volumen tanto en la figuras como en la arquitectura en la que éstas se sitúan.
El espacio está perfectamente representado por medio de una forzada perspectiva cónica en la que el punto de fuga se coloca muy desplazado del centro de la imagen, dentro del arco de triunfo que aparece a la izquierda del cuadro. La escena se sitúa en una sala cuyo fondo se abre y desde el que vemos una arquitectura fantástica de referencias clásicas ,que parece inspirarse en un grabado del teórico renacentista de la arquitectura Serlio, pero que con el canal y la barca que se desplaza por él, también evoca a Venecia.
Además, La escena principal que da titulo al cuadro no aparece en el centro, ocupado por la mesa de loa Última Cena y la anécdota del perro en primer plano, sino a la derecha dónde vemos a Cristo de rodillas lavando los pies a san Pedro mientras otro apóstol, ( Probablemente san Juan) sostiene un aguamanil.
A la izquierda observamos la figura de hechura monumental de otro apóstol que aparece descalzándose.
El cuadro fue diseñado para estar colocado en el muro lateral derecho del altar de una iglesia por lo que dicha disposición conseguía aproximar y destacar a los fieles que estaban en dicha iglesia la imagen de Cristo y de los dos apóstoles que lo acompañan y la mesa, el diseño de las losas del suelo y la forzada perspectiva generaban , además una efectista sensación de profundidad espacial .
En este cuadro de Tintoretto Vemos como lo anecdótico cobra presencia con el perro ya mencionado o la escena aparentemente trivial y poco decorosa, del apóstol ayudando a otro a quitarse las calzas.
Al fondo a la derecha aparece representada en una habitación en penumbra y con una perspectiva que parece no coincidir con la del resto de la imagen, la escena de La Última Cena que sucedería inmediatamente a este episodio del Lavatorio.
La soltura y precisión en la aplicación de las pinceladas, el gusto por el color exuberante, las composiciones más complejas y con perspectivas a menudo más forzadas de Tintoretto tuvieron una extraordinaria influencia en la pintura barroca posterior y podríamos decir que la pintura de Rubens o Velázquez no habría sido la misma sin la trascendental aportación de pintores venecianos como Tiziano, El Veronés o este Tintoretto.
El Lavatorio, tras diversas vicisitudes fue adquirido para la colección del rey Felipe IV de España y es ahora uno de los grandes tesoros que guarda el Museo del Prado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade, por favor, tu comentario: