jueves, 14 de octubre de 2010

Basílica de Santa María del Coro. Donostia.



Basílica de Santa María del Coro. Donostia.
Arq.: Ignacio de Lizardi, Miguel de Salezan, Ignacio de Ibero (quien dirige las obras de1743 a 1774) y Domingo de Yarza.
La crisis económica y constructiva que azotó a España durante el siglo XVII, también tuvo sus consecuencias en Euskal-Herria, dónde la actividad constructora iba a decaer alarmantemente sobre todo si loa comparamos con el frenesí constructivo del siglo anterior. Solamente alguna órdenes religiosas, especialmente franciscanos y capuchinos, se establecerán en distintos lugares de la geografía vasca y erigirán sus conventos siguiendo un programa semejante en el que destacan las iglesias de Planta de cruz latina.
En el siglo XVIII , con la recuperación y el florecimiento económico se recuperará también la actividad arquitectónica construyéndose nuevos templos y los característicos campanarios para los ya erigidos. Lógicamente la arquitectura de este periodo se caracterizará por la mayor profusión decorativa por influencia del rococó y de su deriva española conocida como Churrigueresco.

Durante el siglo XVIII, San Sebastián goza de cierta prosperidad relacionada con la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas que poseía el monopolio del comercio del cacao venezolano y que cofinanció la erección de este templo dedicado a la patrona de Donostia ocupando el lugar de otro gótico anteriormente desaparecido.
En la fachada norte se abre el único acceso a la iglesia por medio de un pórtico en hornacina( que de este modo aumenta la superficie decorable )con su profusa decoración rococó característica de la época con rocallas o columnas con guirnaldas alrededor de sus fustes. El pórtico se halla flanqueado por dos torres campanario ligeramente adelantadas respecto a la fachada. La portada se estructuró y decoró como si fuera un retablo, siguiendo la línea de las iglesias coloniales de América Latina. De hecho, la ya mencionada financiación de esta iglesia a cargo de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, puede tener que ver con que en algunos aspectos se aprecien influencias llegadas del otro lado del Atlántico.
En la hornacina situada sobre la puerta aparece la imagen de la Asunción de la Virgen acompañada de una variada ornamentación. Sobre el pórtico aparece un óculo con los símbolos del papado, que le otorgan la categoría de Basílica menor, y sobre éste una hornacina con la imagen de San Sebastián asaeteado, más arriba un reloj y sobre el vértice de la fachada el escudo de la ciudad.
El interior, de 48x33 m, es de planta de salón, siguiendo la tradición de las iglesias del gótico vasco erigidas en el siglo XVI, con tres naves de las cuales la central es más ancha, de cuatro tramos cada una. La nave central acaba en un ábside de planta semicircular en el que se sitúa el altar, cubierto por una bóveda de horno ( De ¼ de esfera).
Sin embargo, en Santa María se sustituyen las hasta entonces típicas columnas monocilíndricas del gótico vasco por pilares ochavados ( de sección octogonal) rematados por un trozo de entablamento. Seis pilares y las pilastras adosadas a los muros a modo de contrafuertes soportan las bóvedas. Los pilares de sección octogonal alcanzan hasta sus capiteles una altura de 15 metros, Sobre dichos pilares descargan los nervios de las variadas bóvedas de crucería, bóvedas vaídas nervadas que cubren el interior así como la cúpula sobre pechinas del crucero que se eleva 27 m. sobre el suelo.

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