martes, 16 de marzo de 2010

Las señoritas de aviñón.1907. Pablo Picasso.


Las señoritas de Avignon. 1907. Picasso.

Nacido en Málaga en1881 y muerto en Francia en1973, Pablo Picasso es el genio pictórico más influyente del siglo XX. Con una tempranísima vocación y una capacidad técnica extraordinaria, Picasso, tras pasar su infancia y juventud primero en Málaga y luego en La Coruña, se decidió a ser pintor para lo cual se dirigió a Barcelona y luego a París, dónde se establecería y tomaría contacto con las tendencias postimpresionistas. A comienzos de siglo, influenciado por el simbolismo y un cierto expresionismo, pintará personajes humildes, con una interpretación sentimental y melancólica, durante el llamado periodo azul (por la tonalidad dominante de sus cuadros)y, poco más tarde, introducirá personajes circenses, titiriteros y actores ambulantes en el llamado periodo rosa.
Pero la gran aportación se va a producir cuando, tras intensos preparativos pinte en 1907, las señoritas de Aviñón, verdadera acta fundacional del cubismo. El cuadro, a pesar de ser primeramente sólo exhibido en su estudio, marcó un antes y un después en la historia del arte.
Entre 1909 y 1911 desarrollará, junto con Braque el cubismo analítico en el que en el cuadro aparecerán numerosísimas líneas negras entrecruzándose, así como multitud de pequeños planos de tonalidades ocres, grises y pardas que convertirán la imagen resultante en un trasunto de las infinitas percepciones físicas e intelectuales que se pueden tener de un objeto.
Hacia 1912, se inicia el llamado cubismo sintético en el que, tanto Picasso como Braque, empezarán a introducir fragmentos de textos y partituras musicales en sus cuadros. En el caso de Picasso, la palabra “Journal” (periódico) o” Ma jolie “(mi bonita), con la que aludía a su amante eran otros modos de referirse a lo representado. En esta época introducirán texturas como las del papel pintado, la rejilla de mimbre de las sillas o la madera de una guitarra, a veces por “frottage” (colocando la textura por debajo del lienzo y frotando con la pintura por arriba para que quedara su impronta) o por “collage”( adhiriendo a la superficie del lienzo fragmentos reales de estos elementos). El cuadro se convierte pues en una especie de compendio de percepciones en la que lo matérico, por medio de la textura pictórica y de los elementos adheridos cobra más presencia pero en la que tanto el proceso de elaboración como el de percepción de la imagen artística se convierten en un acto intelectual.
En torno al final de la Primera Guerra Mundial, Picasso inicia una etapa que se ha llamado clásica, en la que recuperará la perspectiva y la representación de los volúmenes por claroscuro tradicionales, con formas corporales rotundas que aludirán a la tradición clásica (desde Grecia a Poussin, pasando por Massacio) aunque alternará estas realizaciones con cuadros inscriptibles en el cubismo sintético.
El contacto, en torno a 1925, con el grupo surrealista capitaneado por el poeta André Breton, llevará a Picasso a aproximarse a los preceptos de este movimiento, lo que hará sin renunciar a nada de su marcada personalidad.
El inicio de la guerra civil española y el bombardeo de Gernika provocarán, no sólo la realización de esa obra maestra que es el Guernica, sino el crecimiento de su compromiso político, que le levó a aceptar el cargo de director honorario del museo del Prado durante la II República o a afiliarse al partido comunista en 1945.
Muchos críticos han infravalorado la obra picassiana posterior al Guernica, lo que demuestra una estrechez de miras considerable. Así, todavía en los 50 nos encontraremos con “ Matanza en Corea”, cuya referencia a “ los fusilamientos del 3 de mayo” de Goya es evidente, o con las series en la que interpreta el cuadro Mujeres de Argel de Délacroix , el almuerzo campestre de Manet o las Meninas de Velázquez (del que hará 58 versiones) así como obras que se aproximan a las tendencias contemporáneas más en boga (como el expresionismo abstracto), manteniendo, siempre, su marcada personalidad y demostrando su increíble talento y su capacidad de evolución permanente.
En estos últimos años, Picasso se dedicará también a la cerámica y al grabado y realizará imágenes muy vivenciales, que aludirán a su propia decadencia física y sexual.
A lo largo de toda su carrera, Picasso realizará además unas notabilísimas esculturas que, al igual que en su pintura, servirán como punto de partida para mucho del desarrollo de la escultura del siglo XX; desde sus primeras aplicaciones del cubismo a la forma escultórica, de la década de los10, como aplicando la soldadura a piezas de hierro a obras que marcan nuevas vías en la relación entre la forma y el espacio ( el “monumento a Apollinaire”) o reinterpretando el Ready-made dadá ( “Cabeza de toro”).

Las señoritas de Avignon es un óleo sobre lienzo de gran tamaño pintado por Picasso en 1907. En él, Picasso vuelca todo su saber pictórico con zonas en las que las pinceladas se funden creando grandes masas de color mientras que también apreciamos el recorrido de densas y cargadas pinceladas y otras más ligeras y diluidas por la superficie del cuadro.
La gama de colores es bastante limitada y en ella predominan los tonos carne de las figuras ente tonos marrones, blancos, azules y grises.
El tratamiento de la imagen es absolutamente rompedor al quebrar las normas de representación vigentes desde el renacimiento. Evidentemente, el modo de representar el espacio según la perspectiva cónica frontal tradicional es totalmente subvertido por Picasso así como la representación naturalista de las figuras.
Picasso es consciente que, al contrario de lo que sucede en una perspectiva, nuestra visión no es fija sino oscilante y, de este modo, la imagen parece descompuesta en una multiplicidad de planos geométricos que no son sino el resultado de observaciones del motivo realizadas desde distintos puntos de vista y en diferentes momentos. Cézanne ya había representado en algunos de sus cuadros objetos vistos desde distintos puntos de vista. Picasso radicaliza aún más esta práctica reconstruyendo el motivo a partir de visiones parciales de éste desde distintos puntos de vista. Con esto no sólo renuncia a la convención de la representación  del motivo desde un punto de vista fijo e inmóvil sino que al añadir lo visto desde distintos puntos de vista y en distintos momentos, Picasso alude a cómo esa imagen se ha observado y generado en el tiempo. El cuadro es la plasmación pictórica de un proceso de reconstrucción intelectual de la imagen observada. El resultado es un nuevo modo de representación, una nueva imagen, una nueva verdad (Picasso solía decir que el Arte es una mentira que nos enseña la Verdad). Aunque la ilusión de profundidad desaparece, lo volumétrico aparece con rotundidad, resaltado por esos planos quebrados y angulosos de la imagen que parecen recordarnos los papeles plegados.
Otro aspecto absolutamente rompedor del cuadro es que Picasso renuncia a la unidad estilística de éste. Hasta entonces, un pintor creaba una obra en una consciente unidad formal y de estilo. Sin embargo, Picasso, resuelve el cuadro tratando sus elementos por partes y resolviendo algunos elementos de maneras diametralmente distintas. Así, los rostros de las dos mujeres de la derecha , más deformados, angulosos y con un tratamiento más agresivo de pinceladas más densas parecen remitir al las máscaras africanas que Picasso había admirado en una exposición celebrada en París, A la vez, los rostros de las dos figuras  centrales mantienen una mayor unidad estilística con sus figuras y la de la izquierda, de una tonalidad más oscura, parece inspirarse  formas artísticas preclásicas y de la pintura egipcia( el ojo visto de frente en la figura de perfil de la izquierda).
Acta fundacional del cubismo, las señoritas de Avignon fue el resultado de un laboriosísimo trabajo de Picasso que realizó centenares de bocetos para ajustar en esta imagen todas las inquietudes plásticas sobre las que estaba meditando y para preparar lo que, el sabía, debía ser un cuadro programático, dudando con la inclusión de más personajes en la imagen y el tratamiento de éstos.. Si el tema parece clásico -un grupo de desnudos femeninos que puede remitirnos a Rubens o Poussin-hay aquí un cierto desvío, ya que no se trata de ninfas o diosas, sino de las prostitutas de un burdel ubicado en la calle Aviñón de Barcelona( que son los que dan nombre al cuadro) lo que puede entroncarlo más con Manet ( Olimpia), Degas o Toulouse Lautrec( Las prostitutas del salón de la Rue des Moulins).
Las Señoritas de Avignon  marcará un antes y un después en la Historia del Arte, Con él se iniciará el cubismo e innumerables artistas serán seducidos por este nuevo lenguaje plástico. Las vías abiertas por él serán exploradas y tenidas en cuenta como nueva referencia en el devenir de los movimientos y vanguardias artísticas que le sucedan.

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