domingo, 14 de marzo de 2010

Casa Milá (la Pedrera) 1906-10. Barcelona. Antoni Gaudí.


Casa Milá (la Pedrera) 1906-10. Barcelona. Antoni Gaudí.
A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, surge el Modernismo como movimiento que aspirará a una renovación total de las artes. Así, veremos como su carácter se extenderá por la pintura, la escultura y, sobre todo, la arquitectura, el diseño y las artes gráficas (siendo muy importante en el desarrollo del cartelismo y la publicidad). No podemos olvidar que se trata de un estilo espiritualmente burgués, puesto al servicio de esta clase social y buscando agradarla por medio, entre otras cosas, de su gusto por lo decorativo (que se dará con profusión y de modo bastante aleatorio). Podríamos decir también que el modernismo es un estilo decorativo.
La arquitectura modernista se caracteriza por su decorativismo. Utiliza todo tipo de materiales, incluido el hierro, pero en vez de utilizarlos radicalmente en una arquitectura que, explotando las posibilidades de estos, resolviera las nuevas necesidades sociales, los utilizarán de modo artesanal, aprovechando sólo sus posibilidades plásticas. El movimiento recibe distintos nombres según el país: Art Nouveau en Francia y Bélgica, Modernismo en España, Modern Style en Inglaterra y Jugendstil o Sezesion stil en Austria, en los tres primeros países sus formas se caracterizarán por el empleo de líneas curvas creando arabescos de inspiración vegetal y de planos y espacios curvos que, en algunos casos, parecerán desarrollarse de un modo casi orgánico; en Inglaterra y Austria se caracterizará por una mayor pureza formal, un mayor geometrismo, utilización de planos rectos y racionalismo en la concepción de volúmenes y espacios .
Aunque el modernismo es un estilo del que podemos observar ejemplos por toda España, la zona dónde éste va a alcanzar más desarrollo es Cataluña, y dentro de ésta, especialmente Barcelona, lo que es lógico si tenemos en cuenta que el modernismo es, como hemos dicho, un estilo ligado a la burguesía industrial y que el desarrollo de esta clase social en Barcelona era muchísimo mayor que en el resto del estado.
Los arquitectos más importantes de este estilo son Puig i Cadafalch, Doménech i Muntaner, que realizó el Palau de la Música Catalana en Barcelona, y sobre todos destaca la figura de Antoni Gaudí.
Nacido en Reus (Tarragona), las primeras obras de Gaudí recogen el eclecticismo de la época, con formas inspiradas en el gótico, el mudéjar, y la arquitectura islámica. De esta época podemos destacar la casa Vicens en Barcelona o el palacio episcopal de Astorga.
Posteriormente su estilo evolucionará hacia propuestas más fantasiosas creativas y personales, plenamente modernistas en las que además de los aspectos más decorativos y de procedimientos constructivos en los que lo artesanal tiene mucha importancia (tallado de piedra, forjados,..), desarrollará estructuras y sistemas portantes y de estructuras absolutamente novedosos y de gran pericia técnica (para lo cual se ayudaba de ingeniosas maquetas dónde ensayaba dichas estructuras). De este periodo son obras como la reforma de la casa Batlló, el parque Güell, la casa Milá o la que, a pesar de encontrarse inacabada, es su obra más conocida: La Sagrada Familia, todas ellas en Barcelona.

La Casa Milá es un típico ejemplo de proyecto modernista en el que confluyen arquitectura y artes decorativas. Gaudí diseñaría y supervisaría todo, incluidos puertas, y balcones de hierro forjado, garitas de portero, carpintería de puertas y ventanas, muebles y lámparas. Cuando un industrial de Barcelona, el señor Milá le propuso a Gaudí la construcción de un edificio de viviendas Gaudí tuvo la oportunidad de desarrollar un ambicioso proyecto en un enorme solar de 1000 m2, en una de las esquinas dónde confluyen el paseo de Gracia y la calle de Provenza situada en una zona habitada por la alta burguesía barcelonesa,
Gaudí decidió crear una fachada en chaflán en la esquina del edificio que, en vez de cortar oblicuamente las fachadas del Paseo de Gracia y la Calle Provenza, parece la continuación lógica y fluida de éstas. Habitualmente, los patios de los edificios de viviendas eran grandes espacios cuadrangulares. En la casa Milá, sin embargo, los patios tienen los contornos redondeados y se van ensanchando a medida que aumentan en altura, a modo de grandes embudos que además absorben la luz y mejoran la ventilación natural de las viviendas abiertas a ellos .Las plantas de los pisos de la casa son todas distintas. Las paredes en ángulo recto desaparecen; las formas interiores son también fluidas y orgánicas y las habitaciones tienen distintas alturas y parece que la casa ha sido concebida de dentro hacia fuera ya que la fachada es una superficie ondulada que se convierte en la continuación orgánica de dicho interior.
Para conseguir esto, Gaudí realizó una innovadora estructura de columnas, vigas y jácenas interiores que permitían cualquier transformación del espacio interior del edificio y que eliminaban toda función portante de la fachada. Ésta fue realizada en piedra y sus formas fueron talladas in situ, basándose en maquetas que precisaban la forma exacta de cada bloque de piedra que la componía, creando esas ondulaciones en los miradores y balcones que le dan el aspecto de acantilado pétreo que le valió el sobrenombre popular con la que es llamada (la pedrera significa la cantera en catalán). Los balcones de hierro forjado, también de minuciosa realización artesanal imitan formas vegetales, como si se tratara de plantas que brotasen entre las piedras. Toda la fachada, con sus formas fluidas y rotundas a la vez, tiene un aspecto que prefigura las formas expresionistas. La gruesas columnas inclinadas que flanquean el portal parecen gruesas patas de elefante que avanzan hacia la acera.
En la buhardilla o sotabanco, Gaudí emplea una bellísima estructura de arcos parabólicos (aunque ya había empleado arcos semejantes en el colegio Teresiano y los utilizaría también en la sagrada Familia).
Otros elementos destacables del edificio son la cubierta y las chimeneas con sus caprichosas formas y sus revestimientos de azulejo partido e incluso vidrios rotos que crean en la azotea un misterioso y sugerente paisaje presurrealista.
Una innovación más fue el espacio subterráneo que prefigura el de los garajes que años más tarde se edificarían en otros bloques de viviendas.
Gaudí abandonaría el proyecto de la casa Milá poco antes de su finalización ya que quería decorar el edificio con una serie de esculturas dedicada a la Virgen y los Arcángeles y ver que el modelo que proponía al promotor, el señor Milá que dio nombre al edificio, no gustaba a éste.
Desde entonces, y a pesar de la incomprensión inicial de algunos, la casa Milá ha sido admirada como uno de los proyectos dónde aparece el genio creador de Gaudí en las innovadoras estructuras y formas que, como ya hemos dicho, prefiguran estilos arquitectónicos y artísticos posteriores.

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