lunes, 15 de febrero de 2010
Monasterio de El Escorial. a partir de 1563. Autores: Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera.
Monasterio de El Escorial. autores: Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera.
El siglo XVI es la época del encumbramiento de España como gran potencia mundial. El comienzo de la explotación de las colonias americanas y la extensión de los territorios europeos aportados por la casa de los Austria a la corona, así como la participación de ésta en los conflictos políticos y religiosos europeos y las consiguientes intervenciones militares harán que, como hemos dicho, España sea la gran potencia del momento. Esto influirá en el desarrollo del arte, ya que el florecimiento económico y político conllevará la aparición de gran cantidad de encargos. Además, la vinculación con Flandes de un lado y las intervenciones políticas y militares en Italia de otro, contribuirán a que las formas producidas en estos lugares influyan en las peninsulares.
Durante el siglo XVI el arte gótico dará sus últimos coletazos pero a la vez, las formas plenamente renacentistas italianas se introducirán tempranamente en España a comienzos de este siglo, principalmente por la Andalucía mediterránea y el Este peninsular. También se hará bastante común que artistas españoles se formen en Italia (algunos, como Pedro Berruguete tan tempranamente como hacia 1480), y que, asimismo, artitas italianos acudan a España a trabajar.
Además, en Castilla-León y como fusión de las formas renacentistas con las del gótico flamígero tardío surgirá un estilo arquitectónico característico y absolutamente local que será llamado Plateresco ya que su modo de utilizar la decoración recordará a la de los plateros y orfebres. El foco original de este estilo será Salamanca y se irá extendiendo, principalmente, por el Norte peninsular.
El ejemplo más importante y original de la arquitectura renacentista en España es el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial que se construyó por orden de Felipe II
para cumplir las funciones de palacio, monasterio y panteón real, convirtiéndose de este modo en imagen inequívoca del poder de la época.
Cuando en 1563 se inicie su construcción, las obras serán dirigidas por Juan Bautista de Toledo, que había trabajado como asistente de Miguel Ángel en la construcción de la basílica de San Pedro. El Escorial será la culminación de la arquitectura renacentista en España y su tipología responderá a un estilo manierista formalmente sobrio que recibirá el nombre de estilo herreriano por Juan de Herrera, sucesor de Juan Bautista de Toledo en la dirección de obra y diseño de El Escorial. Dicho estilo herreriano tendrá amplia profusión por España y sus formas se mantendrán hasta bien entrado el Barroco.
En 1557 las tropas españolas habían derrotado al ejército francés en la batalla de San Quintín. La batalla se produjo el día de San Lorenzo, lo que indujo a Felipe II a dedicar la construcción de El Escorial a dicho santo. Aunque no hay testimonios directos de esto, se ha sostenido que la planta del edificio evoca la forma de una parrilla ya que, según la tradición, San Lorenzo había sido martirizado asado en una parrilla.
El edificio, de enorme tamaño y construido íntegramente en una piedra extraída de una cantera próxima, destaca por su rotundidad y su austeridad formal. La sobriedad, la pureza de líneas y la ausencia de decoraciones accesorias es una de las características más llamativas de toda la edificación. Así, los muros son continuos sin entablamentos ni pilastras o columnas adosadas que subrayen la división en pisos o calles. Igualmente, las ventanas que se abren en sus muros no muestran ningún tipo de adorno ni frontón que las remate.
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La portada principal de El Escorial está diseñada en dos niveles con columnas de orden gigante. Las ocho del nivel inferior tienen capiteles toscanos y las cuatro del superior capiteles jónicos. Un frontón triangular remata dicha portada. Desde esta entrada se accede al patio de los Reyes al cual se abre la iglesia.
La iglesia con las dos altas torres flanqueando su fachada y, sobretodo, con la imponente presencia de su cúpula con linterna aparece en el centro de la planta y dominando la imagen del conjunto simbolizando la vinculación de la iglesia católica al poder imperial. El interior de la iglesia destaca otra vez por la rotundidad formal con la que interpreta los modelos renacentistas italianos en los que se inspira ( Desde Alberti hasta Miguel Ángel, pasando por Bramante). La planta era originalmente una variante de las que diseñaron Bramante y Miguel Ángel para la basílica de San Pedro, con una cruz griega insertada en un cuadrado, pero tras el Concilio de Trento que dio preeminencia a la planta de cruz latina, se optó por techar el nártex y el coro por el oeste y la sacristía mayor por el este con una prolongación de la techumbre de la nave principal para darle apariencia de cruz latina.
Unos gruesos pilares en cuyas superficies se insertan pilastras toscanas sostienen un entablamento sobre el cual se alzan enormes bóvedas de cañón con lunetos.
Si hay otro elemento característico en la imagen del palacio son las cuatro torres rematadas por chapiteles que se levantan en las cuatro esquinas del edificio y que se convirtieron en algo característico en la arquitectura española del Siglo de Oro. Un chapitel, cuyo empleo parece provenir de Flandes, es un cubierta que corona una torre con forma de pirámide rematada por una aguja).
Como ya hemos dicho, la tipología de El Escorial es absolutamente peculiar pro el hecho de que un mismo edificio sea, a la vez, residencia y palacio real, monasterio y biblioteca. Si es verdad que en la Edad Media los reyes castellanos vinculaban sus lugares de descanso y retiro a determinados monasterios, no lo es menos que El Escorial parece querer destacar, como hemos dicho, la vinculación incondicional entre la corona y el Imperio español y el catolicismo que difundirá por todo el mundo a través de sus colonias y que en Europa defenderá con sus ejércitos enfrentándose a la amenaza de protestantes y otomanos.
La influencia de la arquitectura de El Escorial no se detendrá en el llamado Herrerianismo del severo barroco del siglo XVII ya que, incluso cuando durante la dictadura franquista se pretenda rememorar los esplendores del pasado imperial, se tomará como ejemplo esta arquitectura y se construirán numerosos edificios oficiales y de viviendas ( un ejemplo es el edificio situado entre la plaza del Centenario, la calle Azpeitia , la Avenida de Sancho el Sabio y el paseo de Errondo en el inicio del barrio de Amara en Donostia) en un estilo que se denominará Neo herreriano.
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