viernes, 16 de octubre de 2009

La Gran Mezquita de los Omeyas en Damasco


La Gran Mezquita de los Omeyas en Damasco es un edificio determinante en el devenir de la arquitectura religiosa islámica ya que va a convertirse en modelo para las mezquitas posteriores.
Tras la muerte del profeta, los conflictos surgidos por la sucesión de éste, se dirimirán con el triunfo de la dinastía Omeya que eligirá Damasco como capital del Califato desde el que controlarán todos los territorios islamizados.
Cuando el Califa Al -Walid de la dinastía Omeya ordena su construcción, a comienzos del siglo VIII, el Islam estaba extendiéndose imparablemente. Esta religión tenía su origen en las poblaciones nómadas que habitaban la península arábiga (el propio Mahoma pertenecía a una familia de mercaderes), por lo que carecían de una tradición constructiva. Así que cuando se impone una sedentarización para crear centros de poder administrativos, políticos y religiosos tendrán que recurrir a formas e influencias externas, en este caso, principalmente las de la arquitectura romana y bizantina.
La mezquita se construye derribando una iglesia paleocristiana dedicada a San Juan Bautista, erigida a su vez en el lugar en el que antes se levantaba el temenos ( santuario ) dedicado a Júpiter Damasceno. De la construcción paleocristiana parece que se aprovecharán no sólo los muros perimetrales del atrio sino también las columnas de la basílica instaurando un hecho habitual en la arquitectura islámica que será el aprovechamiento de materiales de edificios anteriores.
En la planta del edificio que parece inspirarse en los primeros cobertizos realizados con troncos y hojas de palmeras que Mahoma había levantado en su casa de Medina, podemos observar el sahn o patio porticado de forma oblonga( Más ancha que larga), en el que se situan las fuentes para las abluciones. El pórtico de piedra está formado por una arquería superpuesta. En el nivel inferior grandes arcos de medio punto se sostienen sobre gruesos pilares. En el nivel superior los arcos son de la mitad de anchura del nivel inferior. Los muros del pórtico estaban originalmente recubiertos por suntuosos mosaicos realizados por artesanos bizantinos que representaban el paraíso destinado a los creyentes y de los que hoy, desgraciadamente, se conserva muy poco.



Tras el Sahn se encuentra el haram o sala de oración cubierta. Éste tiene también de planta un gran rectángulo oblongo y está formado por un cuerpo central más elevado con tres largas naves perpendiculares a cada lado de éste. En el exterior, la fachada del cuerpo central está rematada por un frontón triangular y recubierta de mosaicos con fondo dorado, lo que acrecienta su parecido con las basílicas bizantinas. Una cúpula con tambor sobre trompas se eleva sobre este cuerpo central. Las naves laterales están separadas por  columnas monolíticas corintias antiguas ( aprovechadas de edificios anteriores) sostienen cimacios ( piezas con forma de pirámide truncada invertida) de influencia bizantina que aguantan una arquería superpuesta de arcos de medio punto peraltados en el nivel inferior y de arcos mucho más bajos y de la mitad de luz (anchura) en el superior.
 Estas arquerías sostienen una estructura arquitrabada de vigas talladas y policromadas que soporta la cubierta que cubre dichas naves.
Todo el suelo del espacio interior se encuentra recubierto de alfombras ya que los fieles tiene la obligación de entrar en él descalzos.
El muro del Haram opuesto al patio se llama Qibla y está orientado hacia La Meca , lo que se convertirá en costumbre en las mezquitas posteriores. En el centro de este muro se abre una pequeña hornacina llamada Mirhab que es el lugar más sagrado de la mezquita y en el qe se gurada un ejemplar del Corán o libro santo del Islam. Como el Islam no admite la representación de la figura humana veremos decoraciones epigráficas ( Textos en caligrafía árabe), de ataurique ( estilizaciones de formas geométricas), de formas geométricas serializadas e incluso mocárabes ( formas prismáticas que penden a modo de estalactitas) como los que se encuentran el mirhab , aunque seguramente serán añadidos en una intervención posterior.
Por último en ambos vértices de la qibla así como en el medio del muro opuesto del sahn se elevan tres minaretes o torres de planta rectangular desde los que los imanes llamarán a la oración.

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