Páginas

jueves, 12 de agosto de 2010

Díptico de Marilyn.1962. Andy Warhol.


Díptico de Marilyn.1962. Andy Warhol.
El Pop art se iniciará en los últimos años de la década de los 50 y se generalizará y desarrollará en los 60 del siglo XX, cuando la mayoría de los países de la Europa capitalista parecía completamente recuperados de las consecuencias económicas de la segunda guerra mundial y los Estados Unidos vivían su protagonismo como la gran potencia económica y política. La política exterior estaba marcada por la guerra Fría y el enfrentamiento entre los bloques capitalista y soviético. En Estados Unidos y la Europa desarrollada capitalista el desarrollo del comercio, el consumo y la publicidad como elemento fundamental en la estrategia de fomento de éste era espectacular. Asimismo, se había producido el desarrollo de la televisión y su generalización en los hogares estadounidenses y el mismo camino llevaban los hogares de la Europa más desarrollada.
La dualidad fascinación- rechazo respecto a la sociedad de consumo, sus iconos más característicos sus productos de consumo (incluyendo los de las formas de cultura más populares como la televisión, el cine de Hollywood, el rock o el cómic) va a ser el eje principal en torno al cual girará el trabajo de los artistas pop. El interés por lo perecedero, lo consumible y por las formas de lo hasta entonces considerado “baja cultura” van a ser pues característicos y evocarán una situación en la que la persona es considerada por su capacidad para consumir y por el estado de confusión que esto produce al descubrirse como agente y víctima de una situación que , a la vez, rechaza y contribuye a mantener, fascinado por el atractivo y la seducción de las imágenes que le son ofrecidas por medio del diseño y la publicidad.
El pop art utilizará, no sólo las técnicas pictóricas tradicionales sino, también, procedimientos mecánicos como la serigrafía
Sus imágenes representarán objetos y productos de consumo, iconos de la cultura popular como las estrellas del cine y el rock y hará referencia a los acontecimientos políticos y sociales contemporáneos tomando como base las imágenes que sobre éstos aparecían en la prensa.
En un país en pleno florecimiento económico, dónde el consumo adquiere una dimensión extraordinaria, en la que el desarrollo y profusión de lo icónico es tan extraordinario y las transformaciones y acontecimientos sociales van a ser tan traumáticos como la lucha por los derechos civiles o los asesinatos de Kennedy o Martin Luther King, los artistas pop tendrán una inagotable fuente de inspiración y temas. Los artistas pop harán referencia a este mundo inundado de imágenes que induce a consumir y en la que tanto personas (como las estrellas de Hollywood), como algunos productos se van a convertir en verdaderos iconos de esta sociedad.

Los principales artistas pop americanos son Roy Lichtenstein, James Rosenquist y Claes Oldenburg pero sobre todos ellos quizás el más conocido sea Andy Warhol. En sus obras iniciales más características utilizará la serigrafía para repetir un determinado motivo sobre la superficie del lienzo. Así en sus cuadros aparecerán latas de sopa Campbell´s, botellas de Coca-Cola, retratos de estrellas del cine o el rock como Marilyn Monroe, Liz Taylor o Elvis Presley. Más adelante, obsesionado por la muerte y por la experiencia de ésta en una sociedad que parece rehuirla, reproducirá imágenes de noticias de accidentes, de disturbios raciales, de la silla eléctrica o de Jacqueline Kennedy en los días del asesinato y entierro de su marido, el presidente Kennedy. A mediados de los 60, Warhol empezará a interesarse por el cine experimental y promocionará a grupos musicales como Velvet Underground, abandonando prácticamente la pintura y escultura, que retomará en los 70 para convertirse en un pintor de retratos perseguido y solicitadísimo por las clases sociales más altas y las estrellas de la época. Sus retratos, realizados también con la técnica de transferir una imagen fotográfica al lienzo por medio de la serigrafía y pintados con colores planos y chillones que no respetan los contornos, son, como los de Goya, un eco despiadado de los retratados y de la sociedad en la que viven. También en los 70 será el impulsor de la revista Interview y en los 80 llegará a realizar un programa de televisión.
En este díptico de Marilyn Warhol toma uno de los iconos más representativos de la cultura americana y del Star system, y reproduce su imagen por medio de la serigrafía. A partir de una fotografía característica de la actriz , Warhol crea una pantalla en la que las reservas en negativo le permiten transferir dicha imagen sobre cualquier superficie ( en este caso, los dos grandes lienzos que conforman la obra y en los que Warhol reproduce 25 veces el retrato de la estrella de cine).
Las sucesivas reproducciones muestran sus voluntarias imperfecciones, suciedades y variaciones de intensidad de la tinta, con las que Warhol, que utiliza un procedimiento de reproducción cuasi industrial como la serigrafía quiere introducir lo azaroso, la presencia de lo manual y el error como elementos que cuestionan los conceptos de lo perfecto, lo bello y el “gran arte”.
Curiosamente, el color de los rostros del lienzo de la izquierda es pintura acrílica aplicada a brocha antes que las serigrafías y siguiendo desigualmente un contorneado previo, de modo que un determinado color puede rebasar los bordes del elemento que debería colorear.
La propia repetición de imágenes anula el efecto que una imagen única, que podría ser tomada como un icono, es decir como un objeto de reverencia, podría tener y nos hace pensar en como un superávit de imágenes puede llegar a inmunizar al espectador del efecto que puedan producir.
La obra de Warhol, de la que este díptico de Marilyn es un ejemplo destacable, es un cuestionamiento continuo de una sociedad por la que expresa una fascinación extraordinaria. La postura de Warhol no es la de situarse fuera de algo para criticarlo con la autoridad del que no cae en ello, sino reconociéndose como víctima y agente de la situación; expresando la seducción inevitable que, a pesar de todo, la sociedad de consumo ejerce sobre él. En su postura se combina el cinismo del que quiere triunfar en el mundo que critica con el reconocimiento de su propia “culpa”, en algo que puede tener que ver con su formación católica.
Esta forma de hacer y pensar ha hecho de Warhol uno de los más influyentes artistas de las últimas décadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade, por favor, tu comentario: