Apolo y Dafne. Bernini. 1622-1625 .

Bernini. Apolo y Dafne.1622-1625 .
Tras el concilio de Trento, celebrado a mediados del siglo XVI, en el que la iglesia católica inicia la Contrarreforma para hacer frente al desarrollo del protestantismo, no solo se van a fortalecer ciertos dogmas católicos sino que se pretenderá reforzar la autoridad del Papa como cabeza de la Iglesia.
Entre las iniciativas vinculadas a este último objetivo estará la de transformar la ciudad de Roma, dotándola de nuevos edificios, iglesias, plazas y fuentes que se convertirán en hitos y puntos de referencia en la configuración de su trazado urbano y en una gloriosa y majestuosa sede de dicha autoridad papal.
De este modo, en la Roma barroca se edificarán numerosas y espectaculares iglesias proyectadas por grandes arquitectos como Pietro da Cortona, Rainaldi, Maderno, Borromini y Bernini. Este último fue el depositario principal de la confianza de varios papas en la plasmación del objetivo antes mencionado, al que contribuirá con sus intervenciones en la Basílica de San Pedro, La plaza de San Pedro, la iglesia de San Andrés del Quirinal y otros muchos proyectos arquitectónicos y escultóricos.

Bernini fue una especie de continuador de la figura renacentista del Artista total. Un escritor inglés que visitó Roma dice que acudió a una ópera en la que Bernini había diseñado los decorados, pintado los telones y modelado las esculturas de éste, construido la tramoya y escrito la letra y la música de la obra.La escultura barroca en Italia estará marcada también por el genio de Bernini que además de pintor y arquitecto fue un tallista excepcional. Su obra se distingue Por su sentido escenográfico que le hace jugar con composiciones muy dinámicas, con cuerpos torsionándose en rotaciones helicoidales y con la curva como elemento omnipresente en las composiciones. Destacará también su exuberancia en el tratamiento de las superficies, jugando con los pliegues de las vestimentas y mantos que se retuercen, haciendo que los planos se multipliquen, buscando profundidades con el trépano y subrayando los efectos de claroscuro. Su sentido de lo dramático alcanzará también a las expresiones faciales y a las anatomías que expresarán el éxtasis místico o la fortaleza espiritual.
Obras de Bernini son El Éxtasis de Santa Teresa, el Apolo y Dafne que vamos a comentar, el David, La Fuente de los cuatro ríos en la plaza Navona de Roma, La Beata Ludovico Albertoni, los sepulcros de los papas Alejandro VII y Urbano VIII, la Cátedra de San Pedro en el Vaticano; Habacuc y el ángel y el retrato de Richelieu .
Ésta escultura fue tallada por Bernini en mármol blanco.

La talla , como en todas las obras de Bernini, es de un virtuosismo extraordinario, como podemos ver en el dificilísimo tallado de los dedos extendidos de Apolo, las ramas y hojas del arbusto de laurel, el increible naturalismo de las expresiones de los rostros o el cabello extendido de la joven que imprime una extraordinaria sensación de movimiento al conjunto. Las superficies están cuidadosamente pulidas y llama la atención el empleo del trépano oara crear efectos de claroscuro en el manto que envuelve a Apolo y cuyas ondulaciones también generan la sensación de movimiento. El dinamismo se obtiene también por medio de la composición, marcada por la diagonal ascendente que la domina y el juego de líneas curvas que se entrecruzan.
La concepción de la composición de esta escultura es también revolucionaria ya que hasta ahora hemos ido viendo como se potenciaba la visión desde un punto de vista primordial, el frontal, mientras que la visión de ésta introduce un sentido narrativo y temporal. Así, si miramos la escultura frontalmente, observamos el momento en el que Apolo encaprichado de Dafne pero rechazado por ella, la persigue y parece estar a punto de atraparla y si después nos desplazamos para situarnos tras la espalda de Apolo ya no veremos a la joven sino que tras la figura de Apolo sólo sobresaldrán las ramas del laurel en el que, según la mitología, se transforma la joven tras invocar la ayuda de otros dioses para huir del acoso de Apolo.